Los jóvenes afroperuanos aún ven limitadas sus posibilidades de acceso a la educación, al mercado laboral y a los servicios públicos en general, según un estudio especializado presentado por el Ministerio de Cultura.
Dicho documento, realizado en coordinación con el Instituto Nacional de Estadística, concluye que el 67% de los jóvenes de este grupo étnico no accede a la educación superior. Del conjunto que sí lo hace, solo el 3% logra culminar estudios universitarios y el 8% alguna carrera técnica (ver infografía). En los jóvenes afroperuanos, el acceso a este nivel educativo se encuentra al 10% por debajo del promedio nacional (43%).
Empleo. Néstor Valdivia, sociólogo del Grupo de Análisis para el Desarrollo, sostiene que los problemas educativos conllevan a que la población afrodescendiente tenga menor participación en el mercado laboral.
Hay desventaja porque no tienen acceso a la educación superior, por lo que acaban ubicándose en ocupaciones que no son profesionales. Eso aumenta la probabilidad de que en el futuro sus hijos tampoco accedan a una educación completa, dijo.
De la población en edad de trabajar, solo el 58.6% genera algún tipo de ingreso. En el grupo de desempleados, el 38% no busca trabajo porque las labores del hogar son un obstáculo, mientras que el 23% asegura que no puede porque sus estudios son insuficientes o incompletos.
En el conjunto de empleados, el 30% se dedica a trabajos no calificados debido a su escasa formación. Como consecuencia, en el largo plazo, solo el 3.8% de los hogares afroperuanos tiene ingresos familiares que superan los S/. 2500. En el caso de Lima, el promedio es de S/. 1213.
El problema de la educación se detecta desde los colegios primarios y secundarios, donde el 8.4% de los alumnos afrodescendientes abandona la escuela. Las principales razones son la falta de dinero (14%), enfermedades o accidentes (10%) y embarazo precoz (8%). Además, el 13.3% de las niñas y niños afroperuanos ha sufrido burlas por su color de piel.
RACISMO. El 43.3% de la población afroperuana ha presenciado un acto de discriminación o maltrato contra otro del mismo grupo étnico. El documento indica que Lima es la ciudad con mayor incidencia de este problema, pues el 54.6% de afroperuanos ha sido testigo de estas situaciones.