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El final de la bonanza ligada al aumento de precios de las materias primas, de la que se benefició América Latina (AL), desnudó deficiencias en la gestión de recursos adicionales, señaló el , que pidió generar mecanismos de ahorro en los países de la región, entre ellos el Perú.

“Estamos mal: en el quinto año de desaceleración económica de AL, el segundo año de recesión, y el año que viene también puede ser de recesión”, vaticinó Augusto de la Torre, economista jefe del BM para AL y el Caribe, en un seminario en Montevideo (Uruguay).

Según AFP, De la Torre dijo que tras el final del boom de precio de los commodities (materias primas) que la región exporta, aparecen problemas en países que no supieron administrar la bonanza, como Venezuela, que le fue pésimo, y grandes economías como Brasil enfrentan dificultades.

Señaló que el ahorro es la variable clave que explica un comportamiento mejor o peor en un contexto de caída de ingresos por exportación tras un ciclo positivo.

“Los noruegos, cuando sube el precio del petróleo, no lo consideran ingreso. El aumento de precio instantáneo lo consideran como una ‘lotería’ que hay que ahorrarla, y lo ponen en el fondo soberano noruego”, refirió.

China. A renglón seguido se pregunta: ¿cómo considerar en las cuentas nacionales estas bonanzas? “Sería bueno que en la región tuviéramos (...) mecanismos para apartar estas ganancias”, enfatizó.

Ahora, en medio de una caída del crecimiento en China, el principal cliente de la región, y con una baja del precio de las materias primas, “los países que menos ahorraron tienen menos espacio de maniobra para manejar en sus políticas la caída” y por ello atraviesan problemas.

La Torre señaló que existe un dilema entre “estimular y ajustar”, y ejemplificó que se producen fenómenos como subidas de tasas de interés -que desestimulan la inversión y el crédito- en países que están en recesión, como Brasil.

“Brasil tiene que hacer un ajuste muy grande en el gasto (público) y no encuentra el camino político para hacerlo”, remarcó.

Otros países deben aceptar caídas del salario real -que mide el poder adquisitivo de los trabajadores- para que los niveles de empleo no se deterioren.

El “aumento del poder adquisitivo asociado al aumento del precio de los commodities se convierte en un espejismo si los precios de los commodities ya no quedan altos”, y es un elemento que puede desaparecer “pronto” de una economía, anotó De la Torre.

La consecuencia es que sectores vulnerables que pudieron incrementar sus gastos de consumo en épocas de precios altos de las exportaciones pueden verse afectados.

“Lo ideal sería que, en países con margen para utilizar prudentemente el financiamiento externo, el ajuste (...) pueda hacerse de manera gradual y con miras a preservar las ganancias obtenidas (...) por grupos menos favorecidos de la sociedad”, señaló el BM.

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