Hace una semana atrás, aún con la llegada de la segunda ola del COVID-19, las expectativas del sector retail –según la Cámara de Comercio de Lima (CCL)– eran optimistas, al punto que las tiendas menores aspiraban a llegar entre un 55% y 70% del nivel de ventas previo a la pandemia en este primer trimestre.
Hoy, tras el anuncio del Gobierno que dispone un nuevo cierre de comercio no esenciales puerta a calle y en centros comerciales por 15 días (desde el 31 de enero hasta el 14 de febrero) y solo la posibilidad de la venta online estos planes se derrumban.
“Toda ha vuelto a foja cero, y eso hace que las proyecciones cambien, ahora esperamos que las ventas bajen y alcancen el 40% de lo registrado en los primeros tres meses del 2019, si es que no se extiende por más tiempo la cuarentena”, estima Leslie Passalacqua, presidenta del Gremio Retail y Distribución de la CCL. Sostiene que la situación es difícil, porque las marcas están precisamente en el cambio de temporada y en un proceso de liquidación de stock de Navidad con márgenes ya golpeados, tratando de tener un flujo de caja que permita sostener la campaña del Día de la Madre, que en 2020 no se dio. “Con la economía en retroceso, después de los quince días –periodo en el que ojalá disminuyan los contagios– lo que se viene, es decir volver a levantarse, será complicado”, acota.
¿EL FIN DE SAN VALENTÍN?
Por su parte, José Cabanillas, gerente comercial de Renzo Costa, estima que sus ventas en sus tiendas de Lima (que concentra el 60% de su facturación), Huánuco, Huancayo, Chimbote, Huacho e Ica, donde ya llegaban a un 70%, ahora bajarán también al 40%, respecto a febrero de 2020.
“Nos han matado la campaña de San Valentín, que para nosotros era la cuarta más importante del año, después de la del Día de la Madre, del Padre y Navidad”, precisa.
Junto a Passalacqua considera que las medidas han sido muy extremas y que, lamentablemente, no han tomado en cuenta las propuestas y observaciones realizadas por el sector el reciente fin de semana.
El ejecutivo señala que con mayores reducciones de aforo en Lima y en otras ciudades donde el contagio está en alerta máxima, así como ampliaciones en el horario del toque de queda (a partir de las 6pm), podría haber sido suficiente.
“Nosotros todavía podemos aguantar, pero hay empresas que ya están al tope y que están ligadas a la campaña escolar que sufrirán más esta medida, al igual que personas que viven del día a día, eso es realmente preocupante”, afirma.
E-COMMERCE INSUFICIENTE
Si bien, del 31 de enero al 14 de febrero, el comercio electrónico sí estará permitido, esto no es suficiente para soportar toda la operación y continuar con el ritmo de recuperación que ya venía teniendo el retail y que ahora vuelve a frenarse.
“El año pasado en los mejores meses para el comercio online, las ventas a través de esta plataforma llegaron a representar entre el 10% hasta 12% de los retailers, pero luego conforme las tiendas abrieron este bajo como era de esperarse a alrededor del 8%”, precisa.
Cabanillas asegura que esto depende del giro de la empresa también, ya que en el caso de Renzo Costa su tienda virtual solo hace el 4% de sus ventas.
Confiesa, además, que en vista del anuncio de ayer del presidente de la República, Francisco Sagasti, han empezado a tomar ciertas acciones como el sacar mercadería de las tiendas de Lima y de las demás que permanecerán cerradas para llevarlas a las provincias como Trujillo, Piura, Chiclayo, Tacna, Arequipa, entre otras ciudades, donde la actividad continuará aunque con aforos reducidos. “Esta es la ventaja, dentro de todo, de ser una marca diversificada, aunque el grueso de las ventas se dan en Lima. En estas ciudades sí esperamos poder llegar al 70% de los niveles de venta de febrero 2020”, acota.
REACTIVA AL CONGELADOR
Ante el inevitable cierre de los retailers, la representante advierte que se hace aún más necesario la postergación en los pagos de los créditos de Reactiva Perú, que la gran mayoría de empresas del rubro tomó.
Como se recuerda la CCL días atrás informó que insistirían con el Gobierno para posponer hasta el 2022 dichos compromisos correspondientes a este año, entre mayo o junio, ya que las empresas no están en la capacidad de pagarlos.
Una segunda propuesta realizada es pagar el Impuesto General a las Ventas (IGV) del año 2021 a partir del próximo año, puesto que según estudios realizados por el gremio, las empresas del sector comercio destinan entre 10% y 12% de sus ventas al pago de impuestos.