El Directorio transitorio de Petroperú propuso la implementación de una “gestión privada” en la administración de la compañía estatal con el objetivo de recuperar la “autosostenibilidad financiera”.
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En un comunicado, el Directorio subrayó que también ha sugerido al Poder Ejecutivo y a los accionistas que se le conceda independencia en la gestión privada para seguir con una administración “en favor del Perú”.
“Hemos planteado nuestro pedido de autonomía en la gestión privada de Petroperú ante la Junta General de Accionistas, así como ante el Gobierno, y estamos a la espera de una definición que, en caso sea afirmativa, nos permitirá continuar con una gestión que creemos puede y debe ser cumplida en beneficio del Perú”, señaló.
Asimismo enfatizó que su postura se fundamenta en el análisis efectuado del contenido del plan de reestructuración presentado por la consultora Arthur D. Little/Columbus (ADL/C).
“En el mencionado diagnóstico hacíamos notar al Gobierno que el informe ADL/C, sobre el cual se ha venido basando la reestructuración de la empresa, toma como supuesto fundamental que el Estado peruano iba a continuar apoyando financieramente y de forma ilimitada a Petroperú. De hecho, el último financiamiento otorgado a principios de este año fue otorgado bajo las recomendaciones del informe de ADL/C”, acotó.
Además resaltaron que las proyecciones de ese informe se basaron en una serie de supuestos financieros y técnicos que no se han cumplido, como por ejemplo, la suposición de que la Nueva Refinería de Talara (NRT) estaría operativa para el año 2024. “Hoy, las proyecciones tienen serios desvíos, trayendo como resultado que las condiciones financieras de la empresa son extremadamente graves”, afirmó.
Sin embargo, señaló que ha llevado a cabo medidas conforme al plan de reestructuración sugerido por la consultora Arthur D. Little/Columbus, además de otras acciones urgentes para promover la austeridad, la disciplina y la calidad en el gasto, así como en los ingresos del personal.
El Directorio interino de Petroperú destacó que la empresa actualmente enfrenta un crecimiento de ingresos limitado y una baja rentabilidad, como evidencian las proyecciones para el año 2024. Se espera que las ventas alcancen los US$ 3,977 millones, un 30% menos que en 2022, mientras que las pérdidas se proyectan en US$ 716 millones, un aumento del 164% con respecto a 2022.
Además, se espera un EBITDA de US$ 135 millones para 2024, insuficiente para cubrir los pagos de deuda. Se señaló también que la participación de mercado de la empresa estatal ha disminuido del 51% al 25%, lo que indica una pérdida de su posición competitiva.