Para este año, según las proyecciones del Banco Central de Reserva (BCR), la minería será uno de los sectores con mayor recuperación, situándose solo detrás de la construcción, el comercio y la manufactura. Incluso, según su reporte de inflación el PBI minero metálico crecería 14,4%.
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Pero esta mejora no se reflejaría de igual manera en materia de exploraciones, ya se mantendría al mismo nivel que en 2020, con inversiones por US$ 364 millones, 33% menos que en 2019 (US$ 549 millones), revela Enrique Garay, presidente de la feria proExplo 2021.
“Las inversiones en exploración de toda la industria minera peruana han tenido una caída constante, es decir, no es solo como consecuencia del COVID-19, porque ya en el 2019 se retrocedió respecto al 2018 (cuando se invirtió US$ 609 millones). Este declive responde a diversos temas y en especial a la permisología”, asegura.
Precisa que en el país los permisos solo para una exploración inicial, es decir, tramitar una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) que permite perforar en 40 plataformas, demora entre 18 y 24 meses en obtenerse por la consulta previa; mientras que en Chile es de tres meses y en Canadá solo dos semanas.
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“La industria minera no está buscando que la favorezcan, pero sí que se faciliten el desarrollo de sus operaciones. Se han introducido muchos requisitos y hay mucha burocracia”, asevera.
Indica que una compañía grande que tiene el tiempo y las espaldas financieras, probablemente, pueda esperar y no tenga mayores problemas; no obstante, la situación cambia y se complica si se trata de una minera junior, ya que esta larga espera le genera un costo muy alto para su operación y hace poca atractiva esta inversión.
NEGOCIO DE PROBABILIDADES
Recuerda que la exploración es el inicio de la actividad minera. “Todos los depósitos o yacimientos que ahora se están concluyendo se conocen de hace 50 años como Quellaveco, Marcobre ( propietaria del proyecto de cobre Mina Justa) se encontró durante los años 90, el proyecto San Gabriel de Buenaventura hace 15 años, no hay proyectos recientes porque no hay exploración generativa o greenfield como le llamamos los geólogos”, sostiene.
Las compañías, comenta, invierten en exploración en sus minas en operación, pero poco en generar nuevos proyectos y eso es lamentable considerando que en este momento se podría aprovechar el precio del cobre (US$ 8.000 la tonelada).
“Hay precaución porque es una actividad de alto riesgo, es un negocio de probabilidades, ya que para encontrar un depósito de cobre, tipo Quellaveco por ejemplo, las empresas tienen que evaluar en la base unos 1.000 prospectos para que uno de ellos llegue a ser una mina”, explica Garay.
IMPACTO COYUNTURAL
El ingeniero precisa que son en total 53 prospectos o proyectos que están a la espera de que les otorguen la autorización para ser explorados; sin embargo, también la situación social, de pandemia y política complica aún más el panorama. “Ante el ruido electoral hay inversiones en general que están a la espera y a la expectativa de quién será el próximo presidente del Perú”, dice.
Sin embargo es optimista, por ello considera que las inversiones en exploración se mantendrán porque también las minas tienen que reemplazar la producción.
La cotización del cobre será un punto a favor este 2021, ya que es el principal commodity de exportación y tiene buenas perspectivas.
De otro lado, anuncia que el Perú será este año sede de la XII edición de Congreso Internacional de Prospectores y Exploradores (proEXPLO 2021), uno de los principales encuentros geológicos mineros de Latinoamérica, el cual tiene como objetivo difundir en las comunidades de prospectores, exploradores, inversionistas y público en general que en el futuro se requerirán recursos minerales que ayuden a tener un mundo más limpio, puntualiza.