Luis Miguel Castilla, exministro de Economía y director de Videnza. fotos: joel alonzo
Luis Miguel Castilla, exministro de Economía y director de Videnza. fotos: joel alonzo

Las medidas del Gobierno han sido muy reactivas, pero no efectivas porque no impactan favorablemente en la ciudadanía y están erosionando la credibilidad del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), señala el extitular de esta cartera, Luis Miguel Castilla. En diálogo con Correo dijo que el MEF ha perdido voz en el Congreso porque no pudo parar muchas iniciativas de este poder del Estado y que el primer impacto de las medidas tomadas debería ser impulsar la inversión privada.


¿Qué balance hace de la gestión del Ministerio de Economía en el 2023?

Mucha proactividad y poca efectividad sería un resumen. Proactividad porque se dio programas de estímulo fiscal, de leyes aprobadas, pero hubo falta de efectividad porque los resultados no lo han acompañado, cualquier impacto de las medidas que se han aprobado no se ven aún, pero probablemente tengan impacto el año entrante. Creo que esto le ha erosionado la credibilidad a la gestión del ministro de Economía (Alex Contreras).


¿Tanto así?

Hay una serie de factores que van más allá del control del MEF y son los temas políticos e institucionales; el accionar de los gobiernos locales, que han tenido una pésima ejecución de gasto; las tropelías del Congreso, que se ha dedicado al populismo, a ahuyentar la inversión: en medio de todo la voz del MEF se ha visto disminuida porque no ha logrado parar muchas iniciativas como ocurría en el pasado. Claro que esto es porque el Gobierno no tiene cierto manejo político en el Congreso; el margen político del Gobierno ha sido nulo y ha sido básicamente dirigido a permanecer en el poder antes que a tomar decisiones complejas, pero necesarias para el país. Creo que se ha intentado, pero no se ha logrado conseguir un buen desempeño.


Un MEF disminuido ante un Congreso populista, ¿no perdió el optimismo?

Entiendo la posición del MEF porque buscó transmitir confianza y optimismo, pero siempre debe ser cuidadoso de la credibilidad y ser realista. El MEF, creo, solo ha pecado en dar una expectativa mucho más favorable de lo que ya se sabía y los hechos confirmaron lo contrario; significó un golpe a la confianza. Además ha tenido enfrentamiento con entidades como el Consejo Fiscal, de terminar el año con un pedido de interpelación, todo esto debilita a un ministerio que, lamentablemente no lo ha acompañado la suerte o ha pecado de cierta ingenuidad.


¿En pocas palabras, se inflaron las expectativas de la gente?

Sí, sí, creo que, lamentablemente, ha habido tantos anuncios de medidas, pero también han pecado de tener un diagnóstico errado porque se intentó todo el año atenuar el impacto de factores exógenos a través del gasto público, mediante programas que no funcionaron, el tema tenía que ver con una caída de la inversión privada y no se tomó en cuenta que es muy difícil aumentar el gasto público en un año cuando hay nueva gestión de municipios y gobiernos regionales.


Un serio problema...

El sector público está en crisis porque no se puede gestionar con efectividad o hay un alto nivel de corrupción en la gestión pública, en particular en las municipalidades. Se ha intentado de forma muy reactiva y con las limitaciones que impone el Gobierno, que antepone (la reactivación económica) el aseguramiento de su soporte en el Congreso de modo que le permita llegar al 2026; o antepone cualquier tipo de proyecto que pueda levantar conflictos sociales, como Tía María.


¿También reformas?

Claro, reformas necesarias para mejorar la competitividad. La única reforma que se intentó es la Reforma Previsional, pero no se ha logrado, aunque si frenó el séptimo retiro. Si se cuantifica todas las normas aprobadas es un montón, hubo mucha proactividad. El MEF no se quedó de brazos cruzados, al final lo que importa son los resultados, pero hay caída de la inversión privada y el crecimiento de la inversión pública es nulo, el crecimiento muy bajo del gasto público. Preocupa más el consumo privado, con un crecimiento casi nulo, no es una gestión positiva, parte imputable a factores externo, pero también a cómo se ha conducido el país.


¿Ha habido un gasto sin control?

No sé si ha sido un gasto sin control porque finalmente lo que explica el mayor déficit es la caída de los ingresos tributarios en más de 2 puntos del PBI, más de S/20 mil millones. Esto es lo que incide en que probablemente se incumplan la regla fiscal, se ha intentado más gastos, pero tampoco ha sido efectivo, ha habido programas de todo tipo que han tenido un alcance limitado y la apuesta de la inversión pública no se ha dado. Lo positivo es que se ha reactivado el plan de concesiones, las APP. Si nos fijamos en el desempeño del Equipo de Seguimiento de la Inversión Privada del MEF, se han viabilizado $1000 millones, pero hay otros $30 mil millones que están esperando.


Inversión urgente...

Hay responsabilidad de otros actores como es el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, con la Línea 2 del Metro, no ayuda con las estaciones, no contribuye para mejorar las condiciones, como desvío de tránsito, hay demora para terminar esta obra. También pasa con los proyectos de irrigación cuyas responsabilidades caen en los gobiernos regionales, hay pocos resultados, algunos no imputables al MEF, que ha tenido mala suerte o no ha logrado alinear a todos los actores políticos en torno a la necesidad de reactivar al país, y el resultado es tener un año pésimo. Ahora, los pronósticos hacia adelante son mejores, pero igual, hay una espada de Damocles que es justamente el margen político que tenga (el MEF) y que todo sus anuncios se materialice. En 2024 habrá una recuperación y lo importante que la inflación está convergiendo al rango meta del Banco Central, tras dos años de tasas altas, que dará impulso al consumo privado porque mejora el poder adquisitivo. Lo otro es que el BCR podrá bajar la tasa de interés y mejorará el financiamiento de las empresas. Tercero, los fenómenos climatológicos deberán disiparse en el segundo semestre, entonces el agro y la pesca deben recuperarse y deben ayudar a la economía, se tendrá el impacto rezagado de las medidas que se tomaron este año. Entonces, la economía crecerá, no sé si será 3%, pero será mayor a la de este año.


¿El mercado laboral?

El mercado laboral va a mejorar porque la inflación bajará, pero no necesariamente que los que los ingresos mejoren, vemos que los ingresos de los trabajadores formales están 10% por debajo del nivel del 2019. En general el mercado laboral se ha precarizado, empezó a tasa de 5% el 2023, ahora no crece. La economía es probable que se recupere, el PBI crezca más, pero el empleo se mantendrá rezagado, hará que el crecimiento del crédito que fue 3.5% el 2022, este año 0% y probablemente en el 2024 crezca entre 1.5 y 2%, es crecimiento no muy significativo. El consumo privado representa el 65% del gasto del país y va de la mano del desempeño de sectores como comercio y servicios. Observando la campaña de fin de año, las ventas en Gamarra, Mercado Mayorista, en general, son muchas más bajas de lo esperado porque la gente tiene menor capacidad adquisitiva, lo que implica que el golpe a la economía ha sido muy fuerte y la recuperación será más lenta.


¿Cómo levantar los ánimos de los inversionistas?

Difícil, pero no imposible, trataría de limitar los mensajes a resultados, más que anuncios, no introduciría más planes, ya hay Con Punche, Plan Unid, creo que debe focalizarse en mejorar qué tipo de mensajes repetir en el mercado. Lo segundo, se debe meter goles, hay proyectos significativos. Más allá del Jorge Chávez, del puerto de Chancay, que acabarán, no hay proyectos nuevos, visibles, grandes, están en estudio, como el de la Carretera Central, igual el Anillo Vial Periférico, muy importante para Lima, todo va lento. Creo que si logra cumplir los anuncios sobre APP ayudará porque son de largo plazo, demuestra compromiso de inversionistas extranjeros de firmar contratos de largo plazo con el Estado, será una buena señal, pero todo supeditado a que regrese un poco el entorno de tranquilidad en el país, que sufre un entorno de crisis en poderes del Estado, que no ayuda a los intentos del MEF de recuperar la economía; depende mucho de actores que no controla. Antes podía porque tenía un control, porque había apoyo político o Gobierno con mayoría y tenía mucho más margen. Lo importante es que se mantienen los pilares del modelo económico, hay aspectos que pueden ayudar a una recuperación, pero el gran tapón es el tema político institucional que no ayuda a la inversión privada a reengancharse y vuelva el optimismo; hay todo para que regrese. La responsabilidad no solo es del MEF, también de los alcaldes y gobernadores regionales. El Niño a la par también generará reactivación por la reconstrucción.


¿El ministro de Economía debe dar un paso al costado?

Habiendo estado en esa posición, nunca voy sugerir eso, sí creo quien debería dar un paso al costado es el premier (Alberto Otárola) porque lo que ha mostrado es que el móvil del Gobierno es asegurar su permanencia; el acuerdo, el pacto político con el Congreso, es hasta el 2026. Creo que cualquier accionar del Ministerio de Economía y otros ministerios en cierta forma están sujetos a esta restricción política que hay. Creo que en general, en ciertos ministerios, la presidenta tendría la posibilidad de oxigenarse un poco y lograr la expectativa más favorable; siempre que haga un cambio profundo y no parcial a su gabinete. Creo que un cambio del ministro de Economía y manteniendo al resto del gabinete no augura ninguna mejora.

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