Christian Kobashigawa: "“Mi papá fue mi principal auspiciador”"
Christian Kobashigawa: "“Mi papá fue mi principal auspiciador”"

En abril de 2004, el “Chino” Christian Kobashigawa protagonizó uno de los accidentes más estrepitosos del automovilismo. Mientras corría un rally su auto perdió el control, voló y pasó por la cabeza de un banderillero. El resultado fue un milagro: ambos terminaron ilesos. Las imágenes dieron la vuelta al mundo, sin embargo, para “Koba” no fue más que una mala experiencia. En términos populares “no se traumó”, pues su amor por los “fierros” no tiene límites.

¿Qué pasó cuando el auto paró?

Mi auto dio ocho vueltas de campana y por la seguridad que tenía no me pasó nada. Recuerdo que luego de revisarme para ver si estaba completo, miré mi auto y casi me desmayo de la impresión, estaba destrozado. Me dolió porque nos costó muchísimo sacrificio armarlo. Tras el accidente tuvimos que parar más de medio año.

Realmente eres un amante de los autos, ¿cómo descubriste esta pasión?

Por mi papá. Él corría autos en los 80, me vio las condiciones para involucrarme en este deporte y poco a poco se vieron los resultados. Desde allí, mi pasión por los autos sigue en pie y se puede decir que mi papá fue mi principal auspiciador.

La mayoría de corredores tiene un feeling con su auto, ¿qué recuerdas de tu primer carro?

Mi papá me lo compró con engaños. Primero me trajo unas llantas de kar que eran pequeñas y tanto era mi feeling por los fierros que jugaba con los neumáticos. Un día me dijo: “Vamos a pasear, ponte un buzo y un polo manga larga porque donde vamos hay zancudos”. Pero lo dijo porque tenía que estar protegido para correr. Llegamos al kartódromo de Santa Rosa y me dijo: “Vas a manejar ese kar”. Fue lo más grande que me pudo suceder.

¿Hace cuánto te dedicas al automovilismo?

Desde el 2010, pero corro kars desde los 90, cuando tenía 12 años.

Tienes decenas de trofeos, ¿hay alguno que consideres muy significativo?

Todas las copas que vez allí (en su vitrina), hasta las chiquita u oxidada, tiene mucho valor para mí porque sé el esfuerzo que tiene que hacer un piloto para conseguirla. Yo me dediqué al kartismo, luego pasé a la fórmula 3 y siempre conté con el apoyo de mi tío Carlos Kuruma. Por él tengo todos estos triunfos.

Hace poco te coronaste campeón de las 6 Horas Peruanas por quinta vez, ¿en qué crees que radica tu éxito?

Se debe al gran equipo que tenemos (junto a Juan Manuel Polar y José Wong) y a la experiencia para afrontar este tipo de carreras. En 2010 fue la última vez que ganamos y recién en 2015 hemos vuelto a hacerlo. La idea era retomar el título.

¿En qué consistió la preparación?

El auto siempre estaba desarmado o cambiábamos piezas, verificábamos los rodamientos, el tema de transmisión. Son autos que generan muchas revoluciones y tienen mayor desgaste. Y tuvimos horas de entrenamiento y pruebas.

¿Qué expectativas tienes para el próximo Campeonato Nacional de Circuito Turismo y Competición?

El 12 de abril es la primera fecha de un total de nueve. En 2014 ganamos y, ahora, la idea es salir a hacer puntos para defender el título.

¿Cuáles crees que son las desventajas del automovilismo en el Perú?

Correr autos acá no es negocio. Nos podemos sostener, pero no alcanza para vivir.

Son pocas las mujeres que destacan como corredoras de autos, ¿crees que hay igualdad de oportunidad?

Las oportunidades son mayores para los hombres, porque desde que nacen tienen un carrito bajo el brazo y las mujeres una muñeca. Sin embargo, a Verónica Peyón, por ejemplo, la perseverancia la está llevando al podio. Si sigue constante en cualquier momento ganará.

¿Cuál es tu máximo sueño?

Seguir en el automovilismo y tener un equipo privado, ya no como piloto sino como un team. Quisiera ser un jefe de equipo.

¿Tienes alguna anécdota que te pasó durante una competencia?

Me da vergüenza contarla, pero lo haré. En las 6 Horas Peruanas de 2010 me dieron ganas de miccionar a las dos horas de la carrera y como no podía perder la competencia por ir al baño, no me quedó de otra que orinarme en la butaca. Por radio le avisé al segundo piloto, lo tomó en broma y me dijo: “Con tal que no te hagas el dos, todo bien”. Desde ese momento la gente del equipo siempre me fastidia (risas).