Perú importa seis veces más productos forestales de lo que exporta
Perú importa seis veces más productos forestales de lo que exporta

El Programa de Manejo Forestal Sostenible de la región andina, del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), resaltó que pese a que los países andinos tienen un gran potencial para el desarrollo de las plantaciones forestales, no se está aprovechando.

Sin embargo, reconoció los avances que desde el sector público y privado se realizan para promover el desarrollo del sector.

En la presentación oficial de los resultados de la iniciativa privada, Manuel Mavila, Coordinador Técnico Regional del Programa de MFS, señaló que durante el 2014 los países de la región andina (Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú) exportaron en conjunto productos forestales por US$ 674 millones. Mientras que las importaciones sumaron US$ 2.124 millones.

En lo que se refiere al Perú, el año pasado las exportaciones de productos forestales sumaron US$ 128 millones, mientras que las importaciones alcanzaron los US$ 833 millones. Lo que nos dejó una balanza comercial negativa por US$ 705 millones.

En la vereda de al frente se encuentra Chile. El país del sur que solo tiene el 22% de su territorio cubierto de bosques (frente al Perú que cuenta con más de 70 millones de hectáreas de bosques naturales o 50% de su territorio) exporta productos forestales por un valor siete veces mayor al total de los países andinos. Su balanza comercial forestal es positiva, ya que exporta seis veces más de lo que importa.

El Perú tiene gran potencial para el desarrollo de plantaciones forestales, pero –según Manuel Mavila- diversas barreras legales: de ordenamiento territorial, tecnológicas y financieras, que otros países en Sudamérica ya han superado impiden un mayor avance comercial en dicho rubro.

“Ecuador y Colombia se puede decir que ya está despegando pero en Bolivia y Perú aún se observa un incipiente desarrollo de la cadena forestal, limitado acceso a tecnología forestal, poca disponibilidad de información de calidad, limitado acceso a mecanismos de financiamiento, escasa valorización de productos y servicios del bosque. Además, de limitado conocimiento en restauración de áreas degradadas”, indicó el especialista.

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