Los chocolates, caramelos y las bebidas calientes no son suficientes para contrarrestar el frío que cala los huesos en el distrito de San Antonio de Chuca- Caylloma en Arequipa. Llegamos en una visita y hasta el mediodía los comuneros no se despojaban de las 2 chompas de lana, casacas, chalinas y mantas que llevaban para protegerse del inclemente clima.
Entre las 12:30 y 14: 00 horas, cuando parecía que era momento de liberarse de los abrigos, empezaba el viento que no solo obligaba a cerrar los ojos por la polvareda, sino también a mantenerse cubiertos por lo gélido que era.
Imata, capital del distrito de San Antonio de Chuca, es uno de los lugares más fríos de la región Arequipa. En estos días la temperatura desciende a 8 grados bajo cero, pero en junio, el director del Senamhi, Guillermo Gutiérrez, advirtió que el descenso será hasta menos 18 grados; sin embargo, resaltó que existen cifras históricas que indican que en este pueblo ubicado a 4 mil 500 metros sobre el nivel del mar, la temperatura bajó hasta menos 23 grados.
El profesor del colegio José Antonio Encinas, Edy Ramos Tola, narró que producto de la helada, las pizarras acrílicas de la institución empezaron a rajarse, además los alumnos no pueden hacer uso de las piletas y menos jalar las bombas de agua del wáter, porque estas permanecen congeladas durante la mañana, al menos hasta dos horas antes de que los menores de primaria abandonen las aulas.
Para aminorar la sensación del frío, los escolares de segundo y tercer año de primaria forraron sus sillas con cueros esponjosos de cordero y usan otros como alfombras para mantener los pies calientes. Si hay un producto que está prohibido consumir en esta zona altoandina de Arequipa, es el helado. Degustar este mix de sabores, puede ser la razón para enfrentar una gripe, tos o hasta una neumonía, dependiendo de la protección y el tratamiento médico oportuno.
El profesor Ramos Tola refirió que en las últimas semanas los alumnos ya empezaron a enfermarse y a dejar de asistir a las aulas. “El problema es que se enferman hasta una semana y eso genera un perjuicio en la formación académica”, agregó el docente.
Los únicos que, al parecer no viven afligidos por las heladas del invierno, son los niños menores de 5 años. Durante la visita, observamos la protección que asumían. Pese a correr, saltar y brincar durante el juego de fútbol, no se desprendían de las tres chompas, la casaca, el gorro y los dos o tres pantalones que llevaban puestos.
Sin embargo, sus manos y sus rostros curtidos revelaban que eran menores azotados por la inclemencia de la naturaleza y sin que esto pueda cambiar, salvo vivan encerrados o acogidos en un cuarto térmico.
“Imata es uno de los lugares con mayor anemia y desnutrición”, reveló. El médico aseguró que cuentan con los aparatos para identificar que los pacientes se encuentran con los glóbulos rojos bajos, pero lamentablemente no cuentan con el medicamento necesario para combatir ello.
“Solo hay equipo para detectar la anemia, pero no tenemos para tratarlo”, manifestó en un inicio y posteriormente dijo que había en stock, pero no lo suficiente como para brindar el tratamiento oportuno a cada uno de los pacientes.
El sulfato ferroso que les otorga la Diremid es insuficiente, pues la dotación entregada se agota en menor tiempo, en comparación a lo previsto. Ante esta situación, el médico se ha visto obligado a priorizar la dotación del medicamento a niños menores de 5 años, gestantes y adultos mayores.
Otro aspecto que preocupa al médico es que los comuneros pastoreen camélidos, pero prioricen la venta de la carne, en lugar del consumo familiar. El consumo de carne roja incrementaría la presencia de glóbulos rojos y consecuentemente evitaría la anemia.
Durante la visita, los adultos mayores recibieron las vacunas contra la influenza, una de ellas fue Luciana Mayta de 71 años, quien se trasladó desde el anexo Pillones para participar en la ceremonia del lanzamiento del Plan Multisectorial de Heladas 2017, que se realizó con la presencia de los representantes de los diferentes programas sociales.
“Todo el año hace frío y el agua se congela así (ademán de una altura de al menos 5 centímetros), el frío de hoy no es nada porque amaneció un poco nublado, cuando está despejado hace frío hasta hacer doler los huesos”, reveló.