Los protestantes contra el proyecto minero Tía María, desataron ayer un terrible enfrentamiento en el distrito Cocachacra, en Islay. Testigos refieren que incluso ingresaron a la iglesia de manera violenta, por lo que el párroco José Casceli Sandoval tuvo que salir a defender la casa de Dios, pero no con palos ni con piedras, como atacaron los grupos violentos, sino con oraciones.
En medio del disturbio, lluvia de rocas, gases lacrimógenos y peleas, el Padre se plantó firme en medio de la plaza, incluso por delante de los policías, entre los protestantes pro mineros y antimineros. Él no tenía otro escudo más que su cruz, y se dedicó a rezar y suplicar por el bienestar de su gente.
“Le pido a Dios la paz, que mis hermanos se manifiesten sin violencia física ni verbal. Pongamos un alto a esto”, invocó con voz entrecortada y visiblemente afectado por los gases lacrimógenos. Pero soportó todo valientemente, sin quejarse, y permaneció en el lugar desde las 18:00 horas, hasta muy entrada la noche, cuando se pudo controlar la contienda.