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Ha transcurrido un año y siete meses, desde que Isabel Villasante Tomaylla (35) y Percy Cortes Llana (42), padres del suboficial PNP de tercera, Anthony Waldir Cortez Villasante (19), sepultaron a su hijo y aun no conocen las reales causas de su deceso.

El efectivo policial fue abatido el 24 de enero del 2014 en Puno, tras un enfrentamiento con comuneros que rechazaban la presencia de la minera Ciemsa-Águila.

Ayer, en presencia del fiscal y la policía de Juliaca, se logró efectuar la exhumación del cadáver para determinar las causas de muerte, con la ubicación del proyectil que nunca fue extraído.

DILIGENCIAS. Desde las 11 horas en el cementerio de la Apacheta, se extrajeron los restos del joven policía, sepultado el 26 de enero del año pasado, en el pabellón de Santa Rosa de Lima, en un nicho del piso 3. El acto se produjo en presencia del fiscal de turno de la provincia de Lampa - Puno, Wilmer Ramos Caracela y un agente policial del Seincri, de la comisaría de Juliaca.

CAUSAS. La exhumación se realizó a pedido de la familia ante el Ministerio Público porque, según los resultados de las investigaciones realizadas en Puno, Anthony habría muerto luego de ser secuestrado y coaccionado. La necropsia de ley indica que la causa fue una herida en el cuello, provocada por una barreta. Ademas, ubicaron un orificio de entrada en el omóplato del lado derecho. 

“El responsable en ese momento era el comandante PNP Javier Jiménez Montes de Oca, jefe de la USE, por enviar a los 20 policías, así como la fiscal de turno, Saida Sifuentes Díaz, solicito el apoyo. Ahora no quiere declarar”, dijo Isabel Villasante. 

En la prueba de rayos X, no se ubicó la bala o perdigón, por lo que los restos fueron llevados al cementerio.

JUSTICIA. Anthony no fue ascendido a Suboficial de segunda. Tampoco recibe un sueldo, pese a que es padre de una recién nacida. “General Blanco recuerde lo que nos prometio y no se olvide”, señaló un familiar.

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