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Si existiera un territorio que parezca de otro planeta, sería Andagua. Este distrito de la provincia de Castilla, región  alberga a una ciudadela sepultada en lava y roca volcánica llamada Antaymarca, la que se asemeja mucho al territorio lunar, dicen algunos. Además, a su alrededor descansan más de una decena de conos volcánicos, siendo los más representativos los mellizos Shipee y Jonson.

Luego una extensa travesía que comenzó en Arequipa, cruzó Corire e hizo una escala en el cañón de Cotahuasi - La Unión, llegamos a las cataratas de Sipia y el Valle de los Volcanes.

Fuimos 30 los viajeros, entre guías profesionales, representantes de agencias de viaje y periodistas, quienes llegamos hasta el lugar por invitación del grupo medioambientalista GEA, encargados de la promoción de un nuevo circuito turístico en esta zona.

VALLE DE LOS VOLCANES. La tarde solariega se ha ido e ingresa la noche muy cálida y estrellada. El bus con los viajeros hace su parada en la plaza principal. Inmediatamente el júbilo se siente en el ambiente. Señoras con polleras multicolores y varones con poncho y guitarra en mano salen a recibir a los foráneos con flores y chicha en mano, tornándose todo en una fiesta.

Entre los anfitriones está doña Rosa, quien dejó desatendido su restaurante para salir a recibirnos. Hace pocos meses volvió a su pueblo natal luego de vivir por 10 largos años en Argentina. Según cuenta, la tranquilidad de Andagua no se compara con nada en el mundo.

Ella tiene la confianza de que en un corto tiempo llegarán visitantes en tropel para conocer las maravillas que su tierra posee gracias al turismo.

Para eso, Rosa, junto a un grupo de mujeres del pueblo, se encargaron de montar casas vivenciales y restaurantes para recibir a los visitantes.

“Estoy feliz y contenta. Somos humildes, pero tenemos el corazón bien grande”, son las palabras de bienvenida que cita Ulda Ranilla Taco, presidenta de las casas vivenciales. Ella espera que con nuestra visita, se multipliquen las bienvenidas. La recepción se prolongó hasta altas horas de la noche. Los “calientitos”, chicha a base de piña, romero, chocolate y cacao mezclados con alcohol, surten su efecto, mientras todos bailan junto a la fogata. En la mañana siguiente los mellizos nos esperan.

VOLCANES MELLIZOS. Johnson y Shipee, son dos volcanes gemelos del valle con una altura promedio de 150 metros. Ambos son los más representativos dentro de este lugar que integran 86 macizos con más de 150 millones de años de antigüedad.

Liz Mamani, una de las tres guías locales, es la encargada de la expedición de ascenso por 30 minutos a la cima de Shipee, desde donde se puede ver fácilmente al Jonson y luego todo el valle.

Los macizos llevan el nombre de dos periodistas canadienses que llegaron a esta zona hace como cien años.

Rodeando su flanco posterior está el volcán Pucamaura, que tiene a sus pies la irrigación Parajeta. Más allá están los volcanes Yanamaura o “volcán negro”, Jachapita, Chilcayo Grande y Chilcayo Chico, Ninayama, Ajopampa.

El resto de volcanes aún no han sido bautizados, comenta Liz Mamani. Todos estos macizos se encuentran inactivos, precisó.

LAGUNA MÁGICA. La siguiente parada es en Chachas que alberga la laguna de Chachas cuyas aguas desaparecen como arte de magia, debido a que se filtra en el subsuelo para luego volver a renacer en las aguas de la laguna de Mamacocha, en el distrito de Chachas.

José Luis Rosas Falcón, poblador de Chacchas señala que su pueblo conocido también como “La perla de Castilla” es muy hospitalario.

Llegar a este distrito demanda un viaje de 13 horas desde Arequipa por una vía aún carrozable, señala don José.

“Es bonito el lugar. Chachas es un pueblo netamente agrícola y ganadero, pero vemos como otra alternativa el turismo. Chachas es un pueblo muy antiguo, existía desde 1546, cuando se funda Arequipa. A la par se crea las provincias de Castilla y Condesuyos. Chachas era en aquel la entonces la metrópolis y todos venían a estudiar y trabajar aquí”, recuerda.

Para apreciar el bello paisaje , don José nos invita a conocerlo desde el mirador de Tunasmojo, y mejor si es temprano, alrededor de las 8 de la mañana, cuando se ven reflejados en el agua.

Como promotor del proyecto ha preparado una bienvenida donde el plato principal es una buena pachamanca con pollo y cerdo, acompañados de papa, camote y habas, lo que nos deja a todos satisfechos.

En Chachas se encuentra una de las iglesias más antiguas de la región y en cuyo interior se aprecian un espectacular retablo de madera y célebres pinturas de la escuela cusqueña, comenta don José. Empero, el tiempo no fue suficiente para poder visitarlo porque una hora después, enrumbamos al pueblo de Ayo.

AYO TIERRA DEL VINO. El alcalde del distrito, Juan Vilca Yato, ha dejado sus quehaceres para recibir a los recién llegados. “Que sea una bienvenida placentera. Los vamos a recibir como si estuvieran en su casa”, replica.

Esta vez, don Juan Arroyo Corrales es el anfitrión. Él nos recibe en su vivienda, el ecomuseo de piscos y vinos de Ayo. Brevemente no hace un recorrido por su tradicional bodega donde añeja el producto en bidones de barro. Luego, nos invita a degustar un poderoso arroz con camarones de río. Sin exagerar, más de un invitado ha querido doblar el plato. La tertulia es acompañada con un buen vino y la música de fondo.

Para el día siguiente la visita será a la laguna natural más grande del mundo, la laguna de Mamacocha.

LAGUNA MAMACOCHA. Con unos 17 kilómetros de longitud, la Mamacocha es uno de los manantiales de mayor extensión. En sus aguas habitan el pejerrey y la nutria de piel rosada, señala Pedro Condo, guía local. Llegar aquí demandó una hora de caminata surcando un terreno desértico en combinación con quebradas rocosas. En este oasis crecen árboles de sauce, molle y tiquiltiquil, añade nuestro colaborador. No obstante, más de uno aprovechó para refrescarse en sus aguas que permanecen frías a estas horas de la mañana. Aunque, el sol se tornó inclemente sobre nuestros hombros, todos regresan satisfechos de la excursión. El almuerzo, esta vez será en el anexo de Andagua, llamado Soporo, donde un delicioso cuy chactao con papa y mote es el plato principal, acompañado de chicha de maíz.

ARTESANÍA DE CHAPACOCO. Lino Yucra Aroni tiene 48 es uno de los alfareros más representativos del pueblo de Chapacoco, anexo del distrito de Chilcaymarca. Desde que tenía 10 años se dedicó a este oficio que aprendió de su padre. Gracias a la capacitación que recibió de maestros cusqueños logró perfeccionar su arte que hoy sorprende a sus visitantes con sus ingeniosos trabajos a base de arcilla.

El último punto de esta travesía nos lleva a visitar la comunidad de Huancaramba en el distrito de Orcopampa, que es muy famosa por sus aguas termales que tienen poderes curativos, señalan los comuneros. Aquí nos sale a recibir Constantino Patiño, popularmente conocido como el “hilo de oro”. De acuerdo a Constantino, Orcopampa alberga a Panahua, un vallecito interandino ubicado a 4200 msnm donde el clima se torna caluroso antes de cruzar el río Orcopampa y frígido a partir de la otra orilla. Él nos despide con una suculenta cena variada antes de hacer el viaje de retorno por Arequipa por la vía Sibayo - Caylloma

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