Verinia Llallacachi en la cumbre. Foto: cortesía.
Verinia Llallacachi en la cumbre. Foto: cortesía.

“El alpinista es quien conduce su cuerpo allá dónde un día su corazón y sus ojos lo soñaron”, dice   una frase del montañista francés Gastón Rebuffat, que describe por completo el deseo y la ilusión que desde siempre tuvo Verinia Llallacachi Espinel.

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Los “Apus” que flanquean el Cañón del Colca, en su natal Caylloma, fueron su motivación para convertirse en una mujer de altura con corazón de montaña. Verinia es la primera mujer en Arequipa en convertirse en guía de media montaña y seguir su corazón para lograrlo.

Recientemente logró escalar hasta la cima del nevado Aconcagua en la región de Mendoza, Argentina, su cumbre está por encima de los 6 mil 960 metros sobre el nivel del mar y es la más alta en toda América, solo es superada por el imponente Himalaya que se extiende a lo largo de países como Bután, Nepal, China, Birmania, India y Pakistán en el continente asiático. “Lograr la cumbre ha sido todo un reto para mí pero también es para demostrar que podemos lograr todos nuestros sueños”, dice la mujer de sonrisa cálida que agradece a su niñez el haber forjado sus resistentes pulmones para ahora mantener el paso firme durante sus largas caminatas.

RECORRIDO

A la edad de cinco años, Verinia se mudó de Chivay al distrito de Caylloma por el trabajo de sus padres en la mina Bateas.

Su corazón aventurero la llevó por entonces a recorrer los cerros cubiertos de nieve y gatear sobre troncos para cruzar los riachuelos y poder jugar con otros niños, todos los días durante un año.

Nunca estuvo quieta ni se podía mantener en casa, ni siquiera cuando regresó a Chivay para estudiar en el colegio García Calderón. Verinia recuerda que todos los viernes por la tarde salía del colegio y se iba la casa de su abuela ubicada entre Tuti y Chivay, para pasar los fines de semana. Desde los campos siempre miraba las montañas y el paso de los turistas que se dirigían a ellas con sus guías.

Fue entonces cuando se dijo que eso era lo que quería hacer en la vida, convertirse en guía de turismo y sobre todo llegar a los nevados. Cumplidos los 17 años y solo dos días después de terminar la secundaria, Verinia cogió una mochila, cargo en ella sus ilusiones y viajó a Arequipa para cumplir su sueño a pesar de la negativa de sus padres.

Tras sus estudios que costeó trabajando en la ciudad, Verinia comenzó a hacer sus prácticas con caminatas guiadas por el cañón del Colca pero su deseo era subir a la montaña. Asegura que quiso ser participante de una escalada guiadas, pero no se le permitieron por el solo hecho de ser mujer. En 2017 vio un anuncio para hacer un curso de guía de trekking en el Bomboya al que se inscribió y participó subiendo a la montaña pero, durante el descenso, su rodilla le dijo que estaba mal.

Buscó especialistas y le dijeron que debían operar por una lesión en la rótula. Pensó que todo había acabado y en medio de la frustración conoció a un fisioterapeuta que le dio otra alternativa de tratamiento que aún continúa haciéndola. Meses después del iniciar su tratamiento el fisioterapeuta la animó a participar en una maratón de 3 km.

“Pensé que estaba loco porque yo sentía que ni podía subir las escaleras y cómo iba a correr, era una locura. Él me dijo que no debía ganarla sino llegar”. A Verinia no le importó ser la última en la competencia lo que descubrió es que podía con trabajo y esfuerzo podía cumplir sus metas . Ese fue el punto de quiebre para volver a tentar las cumbres y se inscribió en cursos de guía en Arequipa y en Huaraz. Perseguir sus sueños le costó la separación del padre de sus hijos quien le planteó escoger entre cuidar de su familia o su carrera en el turismo.

A pesar de lo difícil que fue verse sola con sus hijos, Verinia continuó adelante y se refugió en el apoyo que le dieron sus niños. Andrew, el mayor de sus hijos, le dijo que estudiaría mucho para que no tenga que preocuparse por él y eso la impulsó más en su deseo que la llevó, incluso, a formar en julio del año del bicentenario del Perú el grupo llamado “Warmis con corazón de montaña” que agrupa a mujeres con espíritu aventurero.

SUEÑOS

El primer grupo que guió hacia el simbral, en el volcán Pichu Pichu estuvo conformado por 14 mujeres con deseos de subir montañas.  Hoy en día el grupo ha crecido y continúa guiando a las mujeres que encuentran un nuevo impulso en su vida. Verinia es aspirante a guía de alta montaña que puede conseguirlo haciendo curso en en el nevado Huascarán que ya logró llegar a su cumbre como deportistas como lo consiguió recientemente en el Aconcagua de Argentina.

En el último Día de la Mujer, recordó que ellas todo lo pueden lograr, que si bien hay limitantes o situaciones adversas, cuando uno persigue su sueño, es capaz de lograrlo. Tal y como ella lo hizo en su momento.

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