Las incursiones de los sangrientos cazadores furtivos ocasionaron graves daños a la fauna silvestre de Ayacucho durante el año 2016, debido a que mataron más de 270 vicuñas para arrebatarles su fibra de la forma más cruel.
Este repudiable acto también generó grandes pérdidas económicas que supera el millón de soles, ya que de acuerdo a los antecedentes, una vicuña en pie podría tener un valor económico que bordea los mil dólares.
Según el responsable de la oficina de camélidos de la Dirección Regional de Agricultura (DRA), Félix De la Cruz, el año pasado se reportaron nueve casos confirmados de caza furtiva en los meses de Enero, marzo, mayo, junio y diciembre.
De todos ellos, en su mayoría ocurrieron en la zona sur de la región, donde las comunidades afectadas pertenecen a la provincia de Lucanas, entre ellos: San Pedro, Uchisa, Llauta, Moyobamba y Antaparco.
“La muerte de vicuñas a manos de los cazadores genera graves consecuencias para los usufructuarios de las comunidades campesinas, porque la mayoría habita en las zonas más altas, donde no hay agricultura ni ganadería y solo dependen de la fibra de estos camélidos”, refirió.
Pero la preocupación no termina allí. Según hechos registrado en años anteriores, los cazadores suelen aprovechar las precipitaciones pluviales y se refugian en las densas neblinas de la puna para cometer sus fechorías.
Por este motivo, las incursiones incrementan desde el mes de diciembre hasta mayo, fechas en las cuales también se dejan de realizar las actividades de caza y captura de vicuñas vivas al interior de la región.
“Existen zonas inhóspitas donde no podemos llegar con facilidad, por esta razón, es necesario trabajar de forma coordinada y reducir la muerte de los camélidos silvestres”, finalizó.