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La Beneficiencia Pública del Cusco es dueña de más de 30 propiedades en el cercado de la Ciudad Imperial, y tras el desalojo de los arrendatarios de uno de estos inmuebles, la citada institución puso en evidencia una serie de irregularidades que se habrían acometido contra restos incas ubicados en el interior de este lugar.

La voz de alerta fue puesta por el propio gerente de la Beneficencia Pública, abogado Rufo Gaona, quien explicó para Correo Cusco el daño que un muro de factura inca había sufrido en más de 30 años de funcionamiento de un restaurante turístico ubicado en el Portal Carrizos 270.    

“Especialistas del Ministerio de Cultura han evidenciado el daño a los muros que habrían sido ocasionados por los inquilinos, hay fracturas en los restos líticos además de un canal que se habría abierto en la parte superior del muro”, citó el funcionario.    

CONSTATACIÓN. Hasta el lugar se apersonaron la arquitecta Sonia Chacón y la arqueóloga Clara Gimenez de la Area Funcional de Patrimonio Histórico Inmueble de la Dirección Desconcentrada de Cultura Cusco, quienes peritaron los muros afectados y levantaron un acta de constatación a pedido de la Beneficiencia, se supo que esta institución guarda un archivo de imágenes detallado de estos muros, los mismos que serán comparados con fotografías actuales a fin de determinar la fecha en que se produjeron los hechos.

“Lamentablemente desconocemos la fecha exacta en la que se realizó este atentado contra los muros, felizmente los especialistas de Cultura Cusco descubrirán la fecha exacta en la que se cometieron estos hechos para determinar quién o quiénes atentaron contra los muros, esto es punible de una denuncia penal, ya que la afectación es irreversible, los muros incas ya están dañados”, refirió el funcionario.

ESTADO DE ALERTA. A raiz de este amargo descubrimiento, el abogado Rufo Gaona citó que la institución dueña de todas estas propiedades consideradas patrimonio cultural, llevará a cabo una suerte de operativo de inspección a todos los locales que se encuentran arrendados en este momento y que a su vez elaborarán contratos con nuevas cláusulas y adendas que obliguen a los inquilinos a respetar el patrimonio, cuidarlo y sobre todo resguardarlo durante el uso de estas propiedades.