​Denuncias de Cabrera no tienen sustento
​Denuncias de Cabrera no tienen sustento

Aún respira por la herida. El congresista Eduardo Cabrera Ganoza quedó muy mal parado ayer durante la sesión de la Comisión de Fiscalización y Contraloría del Congreso de la República, donde no supo demostrar y argumentar las denuncias que hizo en los últimos cuatro años contra la gestión del presidente regional Alonso Navarro Cabanillas.

Tras la tercera citación, Navarro Cabanillas compareció ante dicho grupo de trabajo para exponer las presuntas irregularidades ocurridas en su gestión, las mismas que fueron denunciadas por Cabrera Ganoza.

Durante la exposición de Navarro Cabanillas, el titular de dicha comisión, el parlamentario Enrique Wong Pujada, y su par Mauricio Mulder Bedoya, le llamaron la atención a Cabrera Ganoza por interrumpir de forma constante y no permitir la sustentación del mandatario regional.

Se confirmó que las denuncias de irregularidades que hizo Cabrera Ganoza no tienen sustento alguno.
El congresista fujimorista sorprendió a los congresistas presentes porque sin ningún estudio serio pretendía demostrar las denuncias. Causó malestar y enojo entre los congresistas de las diversas bancadas.

La declaración de Cabrera Ganoza dejó entrever que las denuncias no tienen sustento ni prueba alguna, limitándose a decir lo que él hubiera hecho o no si hubiera sido presidente.

Navarro Cabanillas demostró que los proyectos no son solo de su gestión, sino que son proyectos con más de 15 años, y que otros vienen de gestiones con participación y pedido de la población y los agricultores en la priorización de las obras.

La presentación de Cabrera Ganoza en el grupo de trabajo fue muy pobre y lejos de demostrar las acusaciones de irregularidades de las obras que ejecuta el Gobierno Regional, se dedicó a atarantar la exposición y sorprender al resto de parlamentarios.

Todo indica que al congresista que perdió la presidencia regional en la segunda vuelta frente a Alonso Navarro Cabanillas, todavía le duele para llegar al extremo de acusar sin tener argumentos y documentos suficientes.