¿Cómo votamos los peruanos?
¿Cómo votamos los peruanos?

¿Somos un país con mente positiva o negativa? ¿Cómo se considera usted? , en su comentada columna “El perro del hortelano”, dijo que el peruano no era como el brasileño, quien se caracteriza por su espíritu jovial. O sea, en la mayoría de compatriotas, hay mucho resentimiento. Luego se desdijo pero esa es otra historia. La espina quedó.

Traigo esto al recuerdo porque muchas veces escucho decir a mis amigos o conocidos que votarán por tal o cual candidato porque los otros les apestan o, simplemente, no les creen. Sé que no representan al país, pero vean las redes sociales y leerán, en su mayoría, expresiones de odio hacia el rival. Muy pocos, hasta ahora, promueven las propuestas de sus preferidos. ¿Votamos con el hígado? No todos, pero hay un buen número de ciudadanos que lo hace ajustando el puño y frunciendo el ceño.

De esta manera, creo, se explica que el alto voto de rechazo de los candidatos presidenciales, en especial de los primeros con, paradójicamente, mayor aceptación. Keiko Fujimori, Julio Guzmán, César Acuña, Pedro Pablo Kuczynski (PPK) y Alan García concentran ese demérito. Algunos se han ganado a pulso la espalda de los electores, mientras otros reciben el golpe originado por sus rivales de turno.

Según la última encuesta de CPI, Keiko Fujimori tiene un 30,1% de votos de rechazo porque la sombra de su padre todavía no se desvanece con la discrepancia que tuvo en público con él. Si bien hizo dudar a un porcentaje del electorado, todavía existen muchos otros que aseguran que se deja influenciar por el expresidente condenado a 25 años de prisión.

Un 33,8% de electores no votaría por Julio Guzmán porque no es conocido, algo que se puede reducir en los casi dos meses que quedan de campaña.

A su vez, a César Acuña le pasa la factura un 24,2% de votantes, quienes afirman que el líder de APP “no inspira confianza”.

PPK arrastra un frenillo americano desde la campaña anterior. El Apra le puso la chapa de gringo y es difícil sacudirse de esa imagen cuando su lengua trastabilla en cada presentación. Por eso, un 25,5% de peruanos le cuestiona su doble nacionalidad, y eso que ya renunció al pasaporte gringo.

Finalmente, la experiencia de Alan García juega un doble papel. Su experiencia en el Palacio de Gobierno no solo es positiva, sino que suena a cansancio. Por eso, el 27% de encuestados indica que con dos gobiernos encima ya cumplió su ciclo.

Dicho todo esto, ¿este año votaremos en positivo o negativo? Esperemos que por lo primero. 

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