Julio Guzmán y César Acuña, los dos rostros que en esta semana que pasó concentraron la noticia dentro de esta campaña electoral cada vez más dinámica.
Durante estos últimos días, la candidatura de Guzmán ha estado en vilo, pero, sobre todo, en el centro de la información en torno a la campaña electoral. La inicial resolución del Jurado Nacional de Elecciones, que dejó su caso en manos del Jurado Electoral Especial de Lima, y la posterior decisión de este de darle dos días de plazo para subsanar las observaciones que le impiden seguir en carrera, no han hecho más que poner al candidato de Todos por el Perú en medio de los reflectores y las portadas de los medios.
La semana, así, ha terminado para Guzmán bajo una situación que lo pone en la expectativa general, en una campaña en la que su nombre cada vez suena más y se ha metido entre los más reconocibles de la contienda electoral.
OTRA VEZ, ACUÑA. Mientras tanto, César Acuña ha tenido otra semana plagada de entredichos y cuestionamientos en su contra.
El inicio de la semana lo puso otra vez sobre las críticas de muchos luego de que se revelara que había donado una suma de dinero a una asociación de comerciantes en Lima. El hecho incluso ha sido motivo para que el Jurado Nacional de Elecciones inicie una investigación sobre el particular.
Pero cuando parecía que este tema sería lo más fuerte que tendría que afrontar el candidato de Alianza Para el Progreso, llegó otra “bomba” que lo puso una vez más en boca de todos. Matilde Pinchi Pinchi, la exsecretaria de Vladimiro Montesinos en el régimen de Fujimori, fue quien reveló que César Acuña habría tenido una reunión con el exhombre fuerte del SIN, en la que le habría pedido un ministerio.
Las repercusiones no se hicieron esperar desde distintas tiendas políticas. Acaso la más vulnerable con estas alusiones ha sido Keiko Fujimori, a quien por supuesto poco le conviene que se recuerde en la campaña estos entuertos del régimen de su padre.