Contar historias es la pasión constante que persigue a Josué Méndez, y que lo trae de vuelta al cine con “El caso Monroy”, historia protagonizada por Damián Alcázar que llega a las salas locales el 5 de octubre. “Lo que me gusta en verdad es contar historias, y saber que esas historias que uno quiere contar están en distintos formatos, en el teatro, en televisión, en series. Y en el cine, ya cuando hay una historia que realmente me captura, no puedo dejar de pensar en ella escribirla y hacerla”, dice el director.
¿Cómo llega a tus manos la historia que inspira “El caso Monroy”?
Se juntaron varias cosas. Por un lado, yo tuve una tía que estuvo en Santa Mónica hace varios años, y las visitas al penal me marcaron porque de alguna manera era lo contrario a lo que uno podía imaginar. En el penal todas estaban recibiendo a personas que quieren mucho, a sus esposos, a sus novios, a sus hijos, a sus padres, y hay una atmósfera llena de vida.
Mujeres privadas de su libertad que tienen muchos sueños por cumplir.
Porque de alguna manera tienen una vida truncada, escuché varias historias que me impactaron mucho y me propuse hacer algo con ese material. En realidad no quería hacer una historia de cárcel, lo que más me interesaba era saber qué es lo que harían estas mujeres al salir del penal, y lo junto después con una de las crónicas del libro “Día de visita” de Marco Avilés, titulada “Ronnie Monroy ama a todas”, que se dedica a un personaje masculino.
Monroy es un personaje apasionante.
Que retrata a los que van al penal a conocer chicas, y semana a semana las visitan y se genera un vínculo también sentimental, y en muchos casos, empiezan a servir como de mediadores en los casos legales de chicas que están abandonadas en prisión, sobre todo las extranjeras que están por drogas. Este personaje es el que me dio la clave de cómo contar la historia que yo quería contar, la historia de las internas
.¿Ya tenías a Damián Alcázar para el protagónico de la historia?
Uno siempre tiene opciones, no sabes realmente qué vas a lograr, pero claro, cuando lo de Damián se volvió ya real y vio el guion y expresó interés, claro allí la cosa tomó más forma. Definitivamente, él es un actor que maneja muy bien ambos registros, comedia y drama, y eso era clave para contar esta historia, es una película que está entre ambos registros y eso era clave. Una de las especialidades de Damián es que te puede sacar una sonrisa ante una situación muy dramática.
¿Eres un director que tiene claro lo que quiere y los actores deben ceñirse a eso?
Creo que hay directores como hay películas, cada uno tiene su propia manera de trabajar y yo por mi lado más bien hago cosas que no sé cómo hacer. En cine o en teatro, me meto en cosas que las veo más como un viaje que no hago solo, sino en compañía, con un elenco, con artistas, con el equipo técnico. Son viajes que hago acompañado de personas y vas buscando la manera de hacer lo que tienes que hacer; por eso tengo películas que son muy distintas.
A una semana del estreno de tu película, ¿cómo ves a nuestra actual industria cinematográfica?
Definitivamente ha habido un remezón muy grande en cantidad y en calidad. Como director artístico del Festival de Lima yo veo la cosecha del cine peruano año a año, y la verdad que nunca hemos hecho tanto cine sobre todo un cine fuera de Lima, que ha llegado a un nivel extraordinario, que ha llegado a un nivel muy superior. Historias muy genuinas, lindas y propias Yo si veo un progreso en cuanto a calidad y cantidad. Lo que sí hay que tener cuidado, hay que estar atentos, es que queda la sensación de que todo pende de un hilo, como todo el país, que estamos como al borde de cualquier cosa.