Reynaldo Arenas: “Milett Figueroa debe buscar prestigio y no fama”
Reynaldo Arenas: “Milett Figueroa debe buscar prestigio y no fama”

Hace 10 años salvó de morir luego de que le extirparan un riñón. Se abrazó al cristianismo y hoy goza de vitalidad. Reynaldo Arenas, el talentoso actor peruano, vuelve al cine con la película Al filo de la ley, donde encarnará a un capo de la mafia perseguido por Julián Legaspi y Renato Rossini. El intérprete compartirá escenas con la aspirante a actriz Milett Figueroa, a quien recomienda invertir en cultura si quiere dedicarse a la actuación.

Este año usted cumple 50 años de carrera artística. ¿Qué ha sido lo más satisfactorio y a la vez lo más difícil en la profesión?

Luchar contra un medio tan hostil, racista, lleno de principios tontos; luchar por una identidad. La gente joven anda muy alienada. A pesar de tantos obstáculos, sobrevivo, tengo una familia linda, me alcanzan fuerzas para seguir bregando en este difícil camino que es el arte. No soy millonario, pero vivo feliz.

¿El racismo aún lo sigue afectando?

Hace tres meses vino una amiga italiana, la acompañé a Ripley y al salir me dijeron: “Abre tu mochila”. Mi amiga dijo: “¿Por qué no me piden a mí? ¿Porque soy gringa?”. Cosas así suceden todos los días. En la televisión, hace seis años me encasillaban en personajes marginales: drogadictos, borrachos, violadores... El campesino, el indio y el negro están destinados a este tipo de papeles. Ya no acepto esas cosas. En el cine y en la televisión, el protagonista debe ser blanco o rubio o de ojos azules. No se fijan en el talento, sino en el prototipo del personaje.

¿Cuál es su personaje en la película Al filo de la ley?

Hago de un narcotraficante que empieza como un pájaro frutero, vendiendo drogas, pero que a los 30 años se convierte en magnate y tiene el control de América Latina. Es amante de la buena vida, de las buenas mujeres; es sanguinario, cruel, perverso, calculador. Es una película al estilo de Hollywood, con acción, drama, escenarios espectaculares (Lima, Tumbes, Asia, Punta Hermosa).

Usted que comparte roles con Milett Figueroa, ¿le ve condiciones como actriz?

¡Ah sí, la niña Milett (risas)! Es una chica que tiene mucho interés en conseguir algo no solo como modelo, sino como artista. Es joven y le dije: “No solo tu éxito se va a basar en tu belleza física. Necesitas entrar a una escuela para capacitarte desde cero”. La chica tiene condiciones y ambiciones, pero le espera un camino largo.

¿Le aconsejó que se aleje de los escándalos?

Le dije: “No te preocupes por ser famosa, sino por tener prestigio”. Famosa es Susy Díaz, pero tener prestigio es que digan “Milett Figueroa es una señora actriz”. Es joven y tiene plata. Tiene que invertir en cultura, comprar libros, instrumentos musicales, ir a espectáculos de teatro, capacitarse en ser una persona digna.

¿Cuál es su papel?

El narcotraficante está rodeado de bellísimas chicas; ella es mi consentida. Está en el círculo de chicas que son prostitutas, burriers, no tiene mayor texto. Se llama “Gatita”. Ella ilumina la pantalla con su físico. En fotografía se le ve la mujer perfecta, pero la belleza no es el único atributo para lograr el éxito. Ella tiene plata, le pagan bien por sus eventos, tiene los medios para desarrollarse. Sería muy brutita si no lo hace.