Decenas de millones de abejas han muerto en Ontario, Canadá, desde que hace unas semanas en la zona fueran plantados grandes áreas de maíz transgénico. Uno de los productores locales de miel, Dave Schuit, denunció al portal ‘Organic Health’ que solo su granja ha perdido unas 600 colmenas, lo que equivale a 37 millones de abejas.
Una vez que el maíz fue plantado las abejas comenzaron a morir por millones. Los criadores de abejas culpan de la muerte de sus colonias a los neonicotinoides, sobre todo a imidacloprid y clotianidina, insecticidas que suelen aplicarse tanto a semillas como a tratamientos foliares y penetran en el polen y el néctar.
En mayo en el Reino Unido luego de una perdida sin precedentes de abejas, la Unión Europea prohibió varios plaguicidas incluyendo los neonicotinoides.
Mientras la mitad de los países de la Unión Europea, Alemania incluida, limitan legislativamente el uso de los neonicotinoides por preocupaciones medioambientales después de que la Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos definiera los riesgos relacionados, en EE.UU, Canadá, Mexico, Brasil, Argentina, Colombia, CHile siguen siendo unos de los más usados.