Lilian Kanashiro: “El elector mira todo lo que la pantalla le permite”
Lilian Kanashiro: “El elector mira todo lo que la pantalla le permite”

Este domingo se llevará a cabo el esperado debate presidencial donde los diez candidatos en contienda podrán dirigirse al país. Por dos horas y media, todo lo que hagan o dejen de hacer será motivo de análisis para mentes curiosas como la de Lilian Kanashiro. Esta docente investigadora de la Universidad de Lima acaba de publicar “Debates presidenciales televisados en el Perú 1990-2011”, una obra perteneciente al fondo editorial de dicha casa de estudios que reconstruye la historia de estos debates y, a su vez, busca comprender la función de la imagen televisiva en el discurso político.

¿Qué tan determinante es un debate televisado dentro del proceso electoral? 

Lo importante de los debates es que tengan las reglas claras. En ese marco, la investigación que hemos hecho es sobre debates que prácticamente son programas de televisión. Sus efectos son indirectos sobre el voto. Los estudios señalan que las opciones preexistentes se mantienen, pero también hay que considerar que nuestro electorado es volátil. La principal consecuencia está en la cobertura periodística posdebate, a algunos se les abren las pantallas mientras que a otros se le cierran.

Entonces, el debate sí puede alterar la imagen que se tiene de un candidato...

Eso sí. Pero hay que tener en cuenta que una semana antes de las elecciones, el efecto ya es limitado. Con las duplas que se han formado la gente se va a ir inclinando por determinados candidatos y van a tener algunas expectativas.

Esos gestos, que a veces terminan siendo motivo de humor, ¿deberían de hacerse en un debate? 

Antes del debate hay una fase de negociaciones previas que son más duras que el debate en sí. En ese momento se determina si pueden utilizarse objetos o materiales de soporte. Conforme se avanza en la evolución de los debates, los equipos negociadores van con ideas más claras.

¿Los candidatos se preocupan más por su imagen o por sus propuestas?

Creo que también se preocupan y calculan cómo van a ser atacados. En un debate puede haber tres tipos de enunciados; aclamaciones, ataque y defensa. Lo interesante es ver la calidad del ataque, no hay que tenerles miedo. Hay que ver si estos ataques van dirigidos a las propuestas políticas o a los elementos personales.

¿Es cierto que al candidato que está ganando no le conviene debatir? 

Sí. Los estudios demuestran que el candidato que va primero es el que más se arriesga. Los que están segundos, terceros o últimos presionan mucho para que se dé el debate porque es su oportunidad de consolidar su imagen. En unas elecciones no solo gana el que gana la elección. Incluso los que pierden consiguen un capital político que se va acumulando con el tiempo.

¿En qué se fijan más los electores? 

Probablemente se fijan más en las reacciones. Son detalles que asumimos que el elector observa y, a veces, me pregunto si no son los detalles en los que se fija el periodismo. El elector está mirando todo lo que la pantalla de televisión le permite mirar. Desde ahí ya hay un primer filtro, pero creo que con eso se puede ver al menos el talante del futuro gobernante.

¿Las reacciones que genera el debate en las redes sociales también tienen un impacto? 

Sí, es una parte que ha cobrado una inusitada fuerza en este debate electoral, mucho más que en el 2011. Este fenómeno se está dando en todo el mundo. Sin embargo, hay estudios que señalan que lo que más circula en las redes sociales son enunciados vinculados a la rabia o el malestar. Tampoco es que le quiten fuerza a los medios de comunicación tradicionales porque es solo un cambio de ecosistema.

DATO

Lilian Kanashiro es investigadora. Licenciada en Comunicación Social por la Universidad de Lima. Magíster en Ciencia Política y Gobierno por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Docente investigadora en la Universidad de Lima.


6 debates televisivos fueron analizados para esta investigación.

años en promedio le tomó elaborar esta investigación a la docente.