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El Gobierno del estado brasileño Espíritu Santo anunció hoy la apertura de un procedimiento para el posible despido de 161 policías militares que participaron en una huelga que desencadenó en una inusual ola de violencia.

El presidente del Sindicato de la Policía Civil de Espírito Santo, Jorge Emílio Leal, afirmó a la agencia Efe que los agentes "probablemente serán expulsados" de la corporación, después del inicio de la investigación decretada en el Diario Oficial. "El Gobierno está queriendo dar un ejemplo", resaltó Leal.


Los familiares de los agentes tomaron la iniciativa de las protestas y bloquearon durante más de una semana las entradas de los cuarteles para impedir la salida de los policías, que en Brasil tienen estatus militar y están prohibidos constitucionalmente de realizar huelga.

La paralización comenzó el pasado 4 de febrero y conllevó un aumento de la violencia que se saldó con al menos 146 muertos, a pesar de la presencia de las Fuerzas Armadas en las calles.

La Policía y el Gobierno de Espírito Santo llegaron a un acuerdo el pasado fin de semana para poner fin a la huelga y la normalidad fue instalándose poco a poco en este estado del sureste de Brasil, en el que han sido registrados saqueos y robos.

Los comerciantes se vieron obligados a cerrar sus puertas y el sector calcula que las pérdidas durante la huelga policial sobrepasan los  96,7 millones de dólares en todo el estado.

El presidente brasileño, Michel Temer, reiteró que las Fuerzas Armadas están "listas para restablecer el orden público" en caso de huelgas de policías y volvió a calificar lo ocurrido en Espíritu Santo como una "insurgencia" de los policías militares. 

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