La imagen de una menor que se rinde ante una cámara fotográfica, porque pensó que se trataba de un arma lo que la apuntaba, ha dado la vuelta al mundo, tras cinco años de violencia en Siria.
El fotoperiosta que captó la imagen, sólo buscaba retratar la realidad de los niños, sin imaginar que la menor pensaría que la estaban apuntando con un arma.
La fotografía puede ser un ejemplo de una niñez que quedará marcada de por vida por la violencia que rodea la guerra. Niños que ni siquiera han alcanzado los cinco años y ya conocen el lenguaje de las armas porque es su diario vivir.
La pequeñita de la imagen levantó sus brazos en señal de que se rendía al ver al fotoreportero que le tomó la foto. Confundió la cámara con un fusil. Ésta es una de las caras de la infancia siria.
La Unicef calcula que alrededor de 14 millones de niños están siento afectados por el conflicto sirio.