Nacido como depresión tropical el 24 de agosto en el Atlántico, el  que golpeó duramente a las Bahamas, es de un tamaño relativamente pequeño pero raro por su lentitud, una característica que extendió en el tiempo el sufrimiento del archipiélago.

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Vientos récord

Dorian es el segundo huracán más violento del que se haya tenido registro, en igualdad con otros dos de 1988 y 2005 por la velocidad máxima alcanzada de sus vientos, con picos de 295 km/h registrados el domingo. El récord pertenece a Allen, que en 1980 alcanzó 305 km/h.

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"La información principal no es que la velocidad de los vientos haya disminuido. El peligro generado conjuntamente por el viento, el ascenso de las aguas y las inundaciones sigue siendo el mismo, sino peor, puesto que el huracán aumentó de tamaño", advirtió el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.

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Para tomar en cuenta la talla y la duración de un huracán, los meteorólogos estadounidenses calculan también "la energía acumulativa de los ciclones". Un huracán puede ser de una categoría más baja, pero si dura más provocará más daños.

Pero aún está en carrera, ya que se prevé que dure varios días más y está aumentando de tamaño.

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Extrema lentitud, lluvias torrenciales

Dorian permaneció estacionado sobre las Bahamas generando lluvias por casi un día, algo raro en un huracán. El martes Dorian volvió a enfilar hacia Estados Unidos, pero se mueve lentamente, a 7 km/h en vez de entre 15 y 25 km/h, la marca de la mayoría de los huracanes, apuntó Phil Klotzbach.

Recién el miércoles estaría llegando a las cercanías de Florida, y el jueves a los estados de Carolina del Sur y del Norte.

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La primera preocupación de las autoridades no es que los vientos arranquen árboles o tejados sino que las olas empujadas hacia la costa por los vientos, un fenómeno conocido como "onda de tormenta", produzcan destrozos e inundaciones importantes en las costas.

Sobretodo si las olas coinciden con la marea alta, un caso en el que el agua podría alcanzar hasta dos metros de altura en franjas costeras del país.

Cambio climático

El número de tormentas tropicales y de huracanes en el Atlántico Norte no se ha acrecentado en las últimas décadas, pero la intensidad de los huracanes tiende a ser mayor.

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Un estudio realizado por investigadores federales estadounidenses publicado en la influyente revista Nature en febrero identificó otra tendencia: los huracanes están experimentando cada vez más una "intensificación rápida" en un corto período de tiempo, y los científicos vinculan el fenómeno con el cambio climático provocado por el hombre.

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