En el último mitin que Rodrigo Duterte realizó antes de ganar las elecciones expresó que o lo mataban a él o él mataba a todos aquellos que no respetan la ley.
El presidente electo de Filipinas, Rodrigo Duterte, prometió este domingo restablecer la pena de muerte y un reglamento que permita a las fuerzas de seguridad disparar a matar durante su labores para combatir el crimen.
"Pediré al Congreso que restablezca la pena de muerte por ahorcamiento", dijo Duterte en conferencia de prensa desde Davao, la ciudad sureña en la que fue alcalde. También indicó que dará órdenes a las fuerzas de seguridad para que tiren a matar en su lucha contra el crimen organizado o contra aquellos que se resistan violentamente al arresto.
Duterte se convertirá en el nuevo presidente de Filipinas tras haber ganado las elecciones el pasado lunes nueve de mayo, en las que obtuvo casi 16 millones de votos, un 38,6 por ciento, cuando el escrutinio de papeletas había alcanzado el 95,92 por ciento.
El próximo presidente de Filipinas, conocido como "el castigador" por su intolerancia al crimen, prometió resolver la inseguridad y la corrupción en el país, apenas supo la tendencia favorable para él.
"A todos ustedes que andan con drogas, a ustedes, hijos del diablo, de verdad que los voy a matar", había gritado la noche anterior a las elecciones el también llamado "Harry el Sucio", quien es acusado de estar detrás de los "escuadrones de la muerte", un grupo que ha asesinado a mil supuestos criminales desde 1990. "No tengo paciencia, ni término medio. O me matan a mí o los mato a todos, idiotas", agregó el hombre de 71 años de edad.