El chofer de un tren que iba en dirección a la ciudad de Poznan, al oeste de Polonia, salvó de milagro a los pasajeros que se hallaban a bordo al abandonar su cabina de mando para advertirles a gritos de que estaban por chocar contra un camión.
Gracias a su acción, los pasajeros pudieron agacharse o echarse al piso y salir sin heridas de la colisión.
El tren viajaba a 110 km/h y el camión se había averiado justo en pleno cruce con las vías ferroviarias.
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