Una de cada tres víctimas de la trata de personas en el mundo es menor de edad -un aumento del 5 % en comparación con los datos anteriores- y las mujeres suponen el 70 % de quienes padecen esta "forma de esclavitud moderna", denunció hoy Naciones Unidas en un informe publicado en Viena.
El "Informe global de 2014 sobre la trata de personas" de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (ONUDD) analiza la situación de este delito contra los derechos humanos, con datos de 40.000 casos recabados entre 2010 y 2012.
Las cifras muestran que se trata de un problema de alcance global -hay 152 países de origen y 124 países de destino- y que los casos documentados son sólo "la punta del iceberg" de una situación que afecta a "millones" de personas, explicó a Efe la investigadora jefe del informe, Kristiina Kangaspunta.
La trata de personas consiste en reclutar, transportar y retener a una persona mediante el uso de la fuerza, la coerción o el engaño, con el fin de explotarla, no sólo con fines laborales o sexuales, sino también para mendigar o, incluso, para el tráfico de órganos.
La explotación sexual es, a escala global, el tipo de abuso más frecuente, ya que representa el 53 % de los casos, según la ONUDD, que indica que existen grandes diferencias regionales al respecto.
Así, si en Asia y África los casos detectados son en su mayoría de explotación laboral, en Europa es más frecuente la sexual y en las Américas se han detectado ambas situaciones.
La trata para trabajos forzados, en el sector manufacturero, textil, la construcción o en labores domésticas, ha aumentado de manera constante en los últimos cinco años, denuncia la ONU, al precisar que el 35 % de las víctimas son mujeres.
En algunas regiones -como África y Oriente Medio- la mayoría de las víctimas son menores, contabilizando el 62 % del total, mientras que en Europa representan el 18 %, indica la ONU.
También están creciendo los casos de explotación para fines que no son sexuales o de trabajo forzado, como la mendicidad, pequeños hurtos o forzar a menores a combatir en conflictos armados, advierte el informe.
Otro problema de este crimen es la impunidad que encuentran los autores debido a la complejidad transnacional del delito, unido a lagunas legislativas o a la existencia de funcionarios que carecen de preparación para perseguirlos.
Esta impunidad, unida a los grandes beneficios económicos de los explotadores -este delito genera 32.000 millones de dólares anuales-, hace que sea una actividad atractiva para el crimen organizado, indica la ONU.
El informe destaca que en el 40 % de los países se registraron escasas o ninguna condena de cárcel por este delito, y en los últimos 10 años no se ha producido ningún aumento apreciable en la respuesta penal contra la trata.
La gran mayoría de los tratantes condenados, el 72 %, son hombres y ciudadanos del país en el que explotaban a sus víctimas, según el informe.
"Muchas personas viven en países con leyes que no están en conformidad con los estándares internacionales que puedan darles plena protección", ha alertado el director ejecutivo de ONUDD, Yuri Fedotov, que cifró en 2.000 millones las personas que viven bajo legislaciones de este tipo.
La ONU advierte de que este delito "oculto" se produce en todos los lugares del planeta y Kangaspunta, la investigadora responsable del estudio, asegura: "todos hemos visto víctimas de trata, pero no las hemos reconocido".
Fedetov, por su parte, solicita a los Gobiernos que envíen "una clara señal de que la trata no va a ser tolerada", y exige a los Estados que castiguen a los responsables de este delito y se proteja a las víctimas.
Otro de los problemas que ha detectado la ONU en este informe es que algunos países, pese a contar con legislaciones que castigan este delito, apenas la aplican por falta de personal formado y medios para perseguir a los crímenes.