A pocas horas de acabar el plazo para los interesados en postular en comicios generales de abril 2021 se inscriban en una agrupación política, aparecen en escena pública caras nuevas y conocidas calentando así el ambiente electoral. El entusiasmo político, en tiempos de pandemia, no deja de sorprender con el arrastre de vicios en procesos anteriores, vislumbrándose fracaso y frustración en el esperado cambio para gobernar el país.

Como dice un dicho popular, habrá “de todo como en botica” y por el momento la mayoría busca un vientre de alquiler, ofertado por recurrentes agrupaciones políticas que convirtieron las elecciones en negocio, sacando provecho si coloca representantes en el Congreso o logra el premio mayor como la Presidencia de la República.

Casi todos los partidos carecen de estructuras organizacionales y son manejados por caciques que ofertan ubicaciones en sus listas congresales a aspirantes con ambición política sin importar lo básico: vocación de servicio.

Lo conocido al momento, de la existencia de al menos 16 interesados en postular por la Presidencia, permite adelantar de la próxima dispersión del voto y un gobierno con poco respaldo, tal como pasó en los últimos años con fracaso en fracaso, conduciendo al país a un futuro incierto, agobiado por corrupción, crisis económica y ahora emergencia sanitaria.

A nivel nacional el electorado enfrenta dudas y poco interés por encontrar un candidato que reúna sus exigencias, con déficit de cuadros de postulantes calificados, eligiendo desconocidos o famosos y que serán un fiasco, como pasó en enero con el nuevo congreso.

Son tiempos de comunicación y mensajes transparentes para el electorado, que ayuden a discernir propuestas y escoja la receta adecuada para curar al país que agoniza y va rumbo al bicentenario de independencia. Difícil, pero vale la pena intentar.