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Visitar ciudades europeas como Londres, París, Bilbao, San Sebastián o Madrid permite ver con claridad la importancia de preservar la identidad de una ciudad. La conservación de los edificios más emblemáticos y el cuidado de los centros históricos, sumados al desarrollo de nuevas edificaciones originales, audaces y a la vez respetuosas del entorno, permiten que sus residentes vivan orgullosos y disfruten de espacios vivos donde los visitantes gocen de su cultura y la belleza de esos lugares. Como dice el arquitecto Izquierdo Lehman, “no es posible la identidad sin memoria y no hay memoria sin identidad” y añade que “la arquitectura debe envejecer dignamente para alcanzar la gloria de las ruinas, y no devenir en basura”. Por ello, es muy importante lograr que nuestra ciudad no siga perdiendo su identidad dando paso a construcciones horrorosas que no cuentan con calidad arquitectónica. Ha llegado la hora de ponerle un pare a la destrucción de nuestra ciudad. Nuestro alcalde metropolitano tiene una enorme responsabilidad y los arquitectos peruanos también. Bilbao es una de las ciudades que mejor ha demostrado la perfecta combinación entre el respeto a su tradición y la modernidad. Desde la construcción del Museo Guggenheim diseñado por Frank Ghery, que marcó un hito y fue el punto de partida para la mejora de Bilbao, la ciudad es hoy un ejemplo de lo que podemos lograr si nos organizamos. Podemos recuperar nuestro Centro Histórico y preservar los distritos más tradicionales de nuestra ciudad.