Gran crítica ha generado la posibilidad de que Mario Hart, piloto de autos que participa en los programas de competencia donde se privilegia el físico antes que las habilidades intelectuales, se incorpore a la lista de Alianza Popular. Especialmente porque Alianza Popular había ofrecido volver a las formas tradicionales de hacer política.

No tengo duda de que habrá gente que lo rechace, así como también hay muchos otros que lo apoyarán. Y aquí nuevamente la duda: ceder o no ceder con el fin de ganar votos.

Al propio García se le pide que aligere su mensaje, a Lourdes Flores que rejuvenezca su lenguaje, a Barnechea le dicen que parece un candidato para otro país. Quisieran que todos tengan la facilidad de hablar de Acuña, la profundidad de Keiko, el humor inglés de PPK, las contradicciones de Guzmán, la matonería de Urresti, la simpleza de las ideas de Reggiardo.

Si bien en una elección se trata de captar votos, hay límites que no se deben sobrepasar. El líder debe hacer docencia, saber explicar, sustentar sus propuestas, ofrecer un ideal de país. No podemos satisfacernos con candidatos monosilábicos, que no pueden profundizar en un concepto, que llegan a la Presidencia a aprender. Eso nos ha costado mucho.

Si se trata de atreverse a elegir, no busquemos entre los populares, sino entre los que tengan algunas ideas coherentes, un equipo de trabajo, una trayectoria que los respalde y una biografía democrática que no deje dudas.

No estamos para experimentos ni para arriesgarnos con apuestas novedosas. Atrevámonos a elegir, pero bien.