Canadá tiene uno de los mejores sistemas educativos públicos del mundo. Es de los punteros de PISA. Pero los padres que pueden pagarlo prefieren la educación privada (que atiende al 6% del alumnado). Así lo revela una encuesta de Ipsos-Reid del 2012: dos tercios de padres canadienses sacarían a sus hijos del sistema público si pudieran pagarlo (Sachin Maharaj, The Star, 06/04/2015).

¿Por qué? Primero, porque las escuelas privadas hacen un buen trabajo de promoción y publicidad; ofrecen la promesa de que su hijo entrará a la universidad de sus sueños y logrará grandes metas. Un segundo factor es que los niños que asisten a escuelas privadas generalmente tienen mejores resultados académicos que los de las escuelas públicas (Instituto Fraser-Ontario y PISA-OECD).

¿Pero en qué grado las escuelas privadas en realidad producen estos resultados? Un análisis de los resultados de PISA encontró que los mejores puntajes dependen más del NSE que de la escuela a la que asisten. Los estudiantes de escuelas públicas, en un contexto socioeconómico similar a las escuelas privadas y en hogares con padres con educación superior, tienden a hacer igual de bien y no hay evidencia para sugerir que las escuelas privadas ayudan a elevar el nivel de rendimiento del sistema escolar (algo similar se encontró en Estados Unidos por investigadores de la Universidad de Illinois).

En suma, a igualdad de calidad educativa, las ventajas de los privados se deben más a razones socioeconómicas que educativas.