Caviar: Dícese de...
Caviar: Dícese de...

Ya lo hemos hecho anteriormente, pero dada la ignorancia jurídica de nuestro procurador ante la CIDH y para gozo de mi querida gallada de fans en la web (JM Robles, Víctor Hugo, José Carlos G, Ángel, Godoy, Ángel García Catalá, Natilla, Aldo Cadillo, Morsa, Scarface, JC Palacios, Goyo, Fernando Muñoz, Chinaski, Roberto Lazarte, Delvis Sánchez, Carlos, Alan Ele, Carlos Aguilar, Artemisa Luna, Adrián Lazarte, Ricardo Reátegui, Oscar Baldeón, Aiapaec, Marcos Oporto, etc...), vamos a volver a definir -muy superficialmente- qué es un caviar.

El término procede de la Francia socialista de Mitterrand y fue importado aquí por Hebert Mujica. Inicialmente definía a todo ese segmento de limeños, blancos o blancones; pudientes o clasemedieros; que nacieron en la década de los 40 y hasta comienzos de los 50; de apellidos "bien" muchas veces (o unidos para que suenen así, como García con Sayán); que estudiaron en colegios religiosos (muchos marcados por el rojerío jesuita); que de adolescentes fueron a menudo católicos culposos (se sentían mal por vivir bien en un país pobre); que de jóvenes militaron en la extrema izquierda o la Democracia Cristiana (hay quienes dicen que la cantera auroral fue ésta, con Bustamante y Rivero como un protocaviar) y también fueron rabiosamente antiapristas como única herencia ideológica paterna; que no se atrevieron a ser Javier Heraud; que se dedicaron a fundar grupúsculos radicales (la emblemática Vanguardia Revolucionaria. PCR, PUM); que se dedicaron a estudiar carreras típicas (sociología, antropología, sicoanálisis, siquiatría, historia... muy pocos Derecho) básicamente en la PUCP y bajo la tutela del cura MacGregor; que se sentían hijos del 68 e intelectuales con referentes franceses (Sartre, Foucalt, Godard, Lacan, Althusser), que se deslumbraron con Castro, el Che, Allende y el sandinismo; que despreciaron a Patria Roja por cholos; que ya mayores encontraron un cómodo modo de vida como consultores en el sistema de ONGs de Derechos Humanos, ecologistas, etc. y también les encanta trabajar en el Estado (muchos anduvieron incluso metidos con el fujimorismo) y que ya maduros han descubierto el discreto encanto de la burguesía (las 4x4, la casa en la playa, los colegios caros, los viajes, los buenos restoranes, el buen vino, la ropa ficha) sin las culpas de la juventud. Debieron nacer en Chile o Uruguay.

Los caviares lograron -sin éxito electoral, pero en base a infiltrarse- una hegemonía en la cultura diaria tras la caída de Fujimori. Infiltraron al gobierno toledista, se hicieron muy fuertes -y aún lo son- en el PJ, la DP y la fiscalía (y otros entes, como Reniec), controlaron El Comercio y P-21 por un buen tiempo (aunque su fortín eterno es La República) y sus ONGs tuvieron su apogeo. Su gran pulmón es la ex PUCP (allí se dan chambas, se publican, se consiguen becas, etc... Por eso la pelean como gato panza arriba, ya que los europeos y gringos -USAID, Fundación Ford- han apretado la bolsa a las ONGs). Y han tenido como compañeros de viaje a los "fujicaviares" o gente vinculada a ese gobierno que se han vuelto caviarones para pasar piola (por ejemplo RMP, AAR, Umberto Jara) frente a su pasado. Y también hubo supuestos liberales que les coquetean para sentirse como muy abiertos de pensamiento (tipo Beatriz Merino). Esta caviarada típica se casó con Humala (sin que les importe el "Capitán Carlos") y ganaron Lima gracias a Bayly y el torpe pepecismo (y la han retenido gracias a Reniec).

Por extensión, ahora se le aplica también el término caviar -o caviarines- a toda esta nueva hornada de jóvenes y weberitos que subyugados por lo "políticamente correcto" porque se sienten especiales, inteligentes, interesantes y nada generosos si son zurdillos; porque sus románticos idealismos los vuelven "socialconfusos"; porque no han gozado de las "mieles" de las políticas de izquierda (Velasco, Sendero, la hiperinflación) y han tenido todo fácil; porque los derechos humanos están de moda; porque hay que dar la contra; porque les gustan las marchas; porque la moda zurda (anteojitos raros, bufandas, etc...) es más chic; porque hay que ser ecologistas, gatófilos y hasta medios panteístas con los cerros y lagunas; porque la izquierda es supuestamente más permisiva con las conductas sexuales y las drogas. Webonadas...