El último programa de La Hora N no solo fue emblemático por cerrar el ciclo de un espacio noticioso con 18 años de trayectoria, sino porque en el programa Kenji Fujimori dio una sorprendente entrevista en la que manifiesta grandes discrepancias y críticas a su partido Fuerza Popular.

Las consecuencias de estas declaraciones han sido interesantes. El inicio de un proceso disciplinario, que el congresista más votado del país tomó de manera muy jocosa citando a su padre con el inolvidable “¡Soy inocente!”, y que vino con una lluvia de críticas altisonantes de varios integrantes de su bancada. Esto contribuyó en buena parte a que Keiko tomara la decisión de invitar a PPK a dialogar. En conclusión, una entrevista que ha cambiado, por el momento, la agenda política, poniendo los reflectores en Fuerza Popular y ya no en el Ejecutivo.

Si tratamos de entender qué podría haber motivado a Kenji a tomar tan marcada distancia, podríamos descartar que él quiera renunciar a Fuerza Popular o que quiera dividir al partido. Tampoco pareciera que su intención sea, por lo menos por ahora, arrebatarle el liderazgo del partido a su hermana o ser candidato para las próximas elecciones. Pareciera entonces que su principal motivación es lograr el indulto de su padre, cosa que no resultaría rara dada la afinidad y cercanía entre ambos.

El indulto no parece haber sido la prioridad para la actual cúpula de FP. La liberación de Alberto Fujimori generaría, inevitablemente, un reacomodo de las fuerzas internas. Es posible que figuras políticas con marcada cercanía al expresidente Fujimori recobren protagonismo, como el propio Kenji. Y que otras pierdan fuerza, como podría pasarle a Keiko. Un reacomodo que de seguro generaría muchas fisuras y algunas rupturas.

Sorprende el cálculo político que ha desarrollado Kenji o alguno de sus asesores al manifestar sus diferencias con Fuerza Popular y su acercamiento al Ejecutivo, justo en un momento en que el Gobierno se encuentra debilitado por las interpelaciones y pérdidas de varios ministros y además no parece haber encontrado la manera de articularse para avanzar con un Congreso cuya consigna es el control político, este que han ejercido con tanta disciplina y eficiencia.

Sorprende también la rápida reacción de Keiko, aunque a la luz de los acontecimientos la invitación a PPK para dialogar parece que tiene más la intención de quitarle protagonismo a Kenji (en el tema del indulto), que buscar consensos con el Ejecutivo.

Queda claro que el indulto a Alberto Fujimori puede desequilibrar a Fuerza Popular; sin embargo, creo que esta es una decisión que PPK debe tomar pensando en la institucionalidad del país y no en su conveniencia política.