Cambios en el gabinete ministerial para tomar un nuevo impulso y el pedido del Presidente de la República a la oposición, para que se imponga el diálogo y la concertación, marcan el inicio del segundo año de gobierno de Pedro Pablo Kuczynski.

Con todos los sondeos en contra, el Jefe de Estado afronta un tiempo signado por las urgencias y los imprevistos. La gente sigue reclamando por la inseguridad ciudadana y por el estancamiento de nuestra economía. Sin embargo, la percepción de los ciudadanos no solo transmite su incomodidad porque no se solucionan estos temas tan sensibles, sino también porque se está favoreciendo a las grandes empresas y no a los más humildes, según la última encuesta de GFK.

Las frases hechas como: “Los cambios no serán de la noche a la mañana” o “Hay que unirnos en una sola fuerza” no surtirán efecto de ahora en adelante si no son respaldadas por hechos concretos.

Se espera para hoy un mensaje de buena voluntad. Nadie le exigirá buen manejo político o liderazgo, pero debería apelar a sus conocimientos y experiencia para explicar cómo sus buenos propósitos se convertirán en realidad.

El Jefe de Estado debe operar sobre todas las variables para que su discurso de Fiestas Patrias aterrice. Lo más importante es que pondere las prioridades de los peruanos, con carácter y sin medios tonos -atributos que exige su gestión-, recupere posiciones y cumpla con lo que prometió en campaña: que el país encuentre el desarrollo económico.