Es curioso que en el plan de la reconstrucción con cambios de La Libertad no se incluya un trabajo de prevención en una de las zonas más afectadas por el último Niño Costero. Me refiero a Huanchaco, en Trujillo, donde se encuentran miles de pobladores, el aeropuerto, las zonas agrícolas que venden al norte del país y muy de cerca la ciudadela Chan Chan.

Un experto en el tratamiento del cauce del agua en la ciudad, Francisco Bocanegra, ingeniero de la junta de riego de la zona, cuenta que hay más de un kilómetro de canal que no está protegido frente a una inundación de grandes proporciones, lo que, precisamente, pone en riesgo las zonas mencionadas líneas arriba. Pero eso no es todo.

A pesar de este peligro, el gobierno regional que encabeza Luis Valdez prioriza la ampliación del aeropuerto sobre una zona que fue inundada por las aguas del último fenómeno natural. Al margen de los intereses particulares de agricultores y empresarios sobre esta inversión, no es lógico el orden del gasto y puede haber consecuencias fatales.

Si a esta desidia de la autoridad regional se suma la incompetencia de la unidad ejecutora de Chan Chan, que como perro del hortelano no hace obras ni deja hacerlas sobre dicho canal de regadío por encontrarse en una zona intangible; entonces, hay un jaque que nadie se atreve a resolver con una siguiente movida inteligente en beneficio de quienes corren peligro.

Es de necesidad pública que las autoridades a quienes les compete este problema puedan reunirse y apoyar la inversión en la zona, comerse el pleito e incluir en el plan de la reconstrucción el revestimiento de este canal. Es tarea de Luis Valdez mantener la seguridad en esta zona, caso contrario será el responsable de la desgracia que pueda ocurrir meses después.

Ojo que el último desastre casi aísla a Trujillo. Por el sur se cayó el puente Virú y por el norte quedó obstruida la carretera panamericana. La única vía de salida fue el aeropuerto. En vuestras manos queda corregir.