El tema de las agendas de Nadine estaba en boca de los periodistas hace meses. La misma leyenda urbana habla de videos comprometedores de ella, “sus ministros” y su círculo cercano de amigos. Lima sigue siendo un pueblo chico donde todo se sabe. Lo que es inexplicable es que, sabiendo que se habían perdido las agendas hace varios meses, no hayan planeado una mejor estrategia para salvar la situación. Por las varias versiones que han hecho circular, ya se parecen a su socio político Alejandro Toledo, para quien todo es una conspiración de “la triología del mal” con huella sulfurosa del Partido Aprista. Ninguna autocrítica.

Lo que sí queda claro es que lo que se venía diciendo del partido Gana Perú era verdad: partido familiar donde los Humala ponen la ideología y los Heredia administran el dinero, contacto y financiamiento con el socialismo del siglo XXI, Foro de Sao Paulo y los cubanos que luego pasa una monogamia con empresas brasileñas; una serie variopinta de personajes que se vuelven funcionales al proyecto (llegar al poder) y que son dejados de lado cuando les dejan de ser útiles, una prédica que suena a reivindicación izquierdista pero que es la excusa para que los incautos los encumbren en el poder, un grupo de incondicionales para hacer negocios desde el gobierno, etc.

Su principal error es no darse cuenta de que el poder es efímero y no se puede engañar a todos todo el tiempo. Es suicida enfrentarse a todas las agrupaciones políticas, quemar todos los puentes y quedarse sin juego político. La pareja presidencial debe ser consciente de que les esperan largos años de juicios por soberbios.