En la actualidad alrededor de 1200 millones de personas viven en áreas de escasez hídrica y se estima que para el año 2030 esta situación empeore.

¿Cuánta importancia le damos los peruanos a esta situación? Es probable que muy poca, y esto se debe a que nuestro país se encuentra ubicado geográficamente en una beneficiosa zona hídrica que permite a la gran mayoría de habitantes tener un servicio regular de agua potable; sin embargo a pesar de la gran disponibilidad hídrica, cerca de 8 millones de peruanos aún no cuentan con el acceso a dicho servicio.

Es probable que las políticas de Estado de los últimos cincuenta años (si es que efectivamente las hubo) para el uso, acceso y distribución de agua potable no tuvieron visión prospectiva o de futuro, sino que por el contrario se le dio al agua una connotación férreamente paternalista-asistencialista, en donde el Estado y solo el Estado era el único protector de este recurso, situación que posterior e inevitablemente se tradujo en el irresponsable manejo del agua por gran parte de la población.

Y así, cuando el servicio de agua sufre cortes, aunque sea por algunas horas, nos damos cuenta de la difícil condición que implica no tener este valioso recurso, situación que es vivida a diario por millones de peruanos.

De esta forma, si bien el Estado debe poner preferente interés en el acceso de agua potable al mayor número de personas, corresponde también a la sociedad cooperar en el cuidado y preferente valoración de este recurso.