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A los candidatos que corren en la segunda vuelta por la Presidencia de la República, es decir, Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski, habría que pedirles mesura en cuanto a la temática de propuestas que lanzan al electorado con el propósito de conseguir el voto esquivo o asegurar el ganado en los comicios del 10 de abril.

Y es que a esta altura del camino, cuando ya estamos en la recta final de la etapa decisiva, los postulantes de Fuerza Popular (FP) y Peruanos Por el Kambio (PPK) lucen prestos a la promesa fácil, y esto en algunas ocasiones recoge réditos, pero en otras resulta lapidario porque buena parte de la población está cansada del discurso político gaseoso, inviable, populista.

Por ejemplo, en las últimas horas hemos escuchado y visto a Keiko Fujimori conchabarse con los mineros ilegales -responsables, entre otras cosas, de la salvaje deforestación y contaminación de la Amazonía- y prometerles un nuevo proceso de formalización, no sin antes disolver las normas puestas en práctica por el actual gobierno.

La aspirante presidencial “naranja”, quizá impulsada por la premura de sentir cercana la respiración de su ocasional rival, se ha metido en un tema muy espinoso y barroso, y esto, a manera de consejo, ya se lo hizo saber el ministro del Ambiente, Manuel Pulgar-Vidal: “Derogar los decretos (actuales) es una propuesta muy irresponsable para el país”.

PPK no se queda atrás en cuanto a soltar soluciones a diestra y siniestra, y además está esperanzado en que su incontrolable carcajada y los alcances de su nuevo asesor de campaña lo mantendrán en el primer lugar de las preferencias ciudadanas. Los encontrones que se vienen, rematados por el debate presidencial, serán claves para decidir quién sucederá a Ollanta Humala.