Chile ha sufrido un terrible terremoto. Desde el 2010 hasta la fecha tres movimientos sísmicos de gran magnitud se han desarrollado en el país sureño. Este desastre natural nos hace pensar si nuestro país y su capital están preparados para afrontar un movimiento telúrico parecido.

En el Perú no ocurre un terremoto desde el año 2007, cuando Pisco e Ica fueron casi destruidos por un terremoto de 8 grados que dejó 596 muertos. Pero lo más preocupante es que en Lima no sucede un fuerte sismo desde 1974, cuando nuestra capital se vio azotada por un terremoto de 7.6 grados que afectó lugares como el Cercado de Lima, Rímac, Callao, Barranco, Chorrillos, Magdalena, Miraflores y La Molina.

Lima no vive un gran sismo desde hace 41 años, así que es inminente que un terremoto suceda tarde o temprano.

Ante este “silencio sísmico”, la pregunta latente es si estamos preparados para afrontar un terremoto. La respuesta no es alentadora. Esto lo demuestra la poca cultura preventiva que tenemos. No respetamos los simulacros, no tenemos un kit de emergencia preparado, pensamos que somos inmunes a los sismos, las autoridades no difunden la suficiente información necesaria, no hay una modernización preventiva, no hay sentido de realidad acerca de los sismos y se siguen construyendo casas en zonas donde el terreno no es el adecuado. Esperamos que esta realidad cambie y que las autoridades y los ciudadanos no sigan con la misma actitud de ignorar que somos vulnerables a los fenómenos naturales, como lo es un terremoto. Que todos seamos conscientes de que esto va a ocurrir sí o sí.