La Constitución tiene un artículo que no había visto usar jamás: el derecho del Presidente de convocar al Congreso a legislatura extraordinaria. El viernes pasado, Humala convocó para hoy a una legislatura extraordinaria a fin de salir del embrollo político que significa la ley del empleo juvenil, la “Ley Pulpín”.

Ahora el 76% de la población se opone a esta ley, que con buen propósito pero pésima explicación, fue aprobada recientemente. No contentos con hacer una norma delicada, que afecta derechos laborales, algunos congresistas que votaron a favor se retractaron para no perder el voto joven.

Hoy se buscará derogar la ley; si no se logra, se buscará suspender su vigencia; y si eso no se consigue, se tratará de modificar algunos artículos de la misma. La calle pide la derogatoria, porque lo único que se ha transmitido claramente es que los jóvenes que entren a trabajar tendrán menos derechos que el resto de los trabajadores. No se ha podido transmitir que esta ley busca que quienes no tienen trabajo sean contratados, reduciéndose el costo de la planilla, y que, además, tendrán capacitación. Todo el régimen es temporal, pues cuando tengan 24 años o estén capacitados, pasarán a la planilla común. Tampoco se ha comunicado que el régimen es voluntario.

Ojalá algún congresista haya buscado regímenes comparados o tenga propuestas creativas para informar a los chicos y modificar esta ley, fomentándose con ello el empleo juvenil.