El discurso del presidente el 28 de julio en el Congreso, por problemas de gestión gubernamental y supuestos actos de corrupción que están en manos de la Fiscalía, ha sido materia de controversia y críticas. En educación se esperaba que el tratamiento de lo que denominó “fortalecimiento del sistema educativo y recuperación de los aprendizajes” fuera amplio, preciso y novedoso. Pero no fue así.

La mayoría de asuntos que expuso fueron los mismos que se han venido planteando en los últimos meses el ministro de educación y el propio mandatario. Dijo: Para el 2023 se ha previsto invertir 600 millones en infraestructura y se ejecutarán 75 proyectos de inversión de Escuelas Bicentenario por 4 250 millones de soles. Esto está bien. Pero el problema es la gestión; por eso, hubiese sido bueno que se declarase en “emergencia la infraestructura educativa por 5 años y la reorganización del PRONIED”.

Reiteró el aumento de 1 UIT para los profesores de la primera escala. Se esperaba que anunciara cómo se financiará. ¿Se aumentará 600 soles anuales cada año para alcanzar los 5 mil soles a la que ascendería aproximadamente una UIT el 2026?

También se refirió al regreso a las clases presenciales plenas de todos los escolares en marzo, lo cual no fue así. Eso recién se produjo los primeros días de mayo.

Sobre el ingreso libre a universidades e institutos, precisó que los egresados de secundaria de buen rendimiento y escasos recursos, accederán cada año a estos centros de estudios. Entonces es una nueva modalidad de ingreso. Y por lo tanto “no será libre ni universal”.

Sobre cambios en el currículo: ¿Será nacional y diversificado en las regiones? ¿Pasaremos de un currículo por competencias y áreas integradas a un currículo con temas memorísticos?