El Congreso y la falsa reforma

Esta es una historia de la vida real: en octubre de 2010 el partido del entonces candidato presidencial Ollanta Humala ganó en una sola región -¡una de 25!- en las elecciones municipales y regionales de ese año. Jorge Acurio se llamaba el flamante presidente regional del Cusco. Tres años después, el señor Acurio fue vacado del cargo tras una sentencia por corrupción en su contra. Va-ca-do.

Es decir, lo mandaron a su casa antes de que terminara el periodo para el que había sido electo. Llegó con serias denuncias -había sido alcalde distrital- y reventó la bomba. Ahora, año 2015, el humalismo y sus aliados creen que la mejor receta para combatir la corrupción regional y municipal es evitando la reelección inmediata. ¿Acaso Ollanta, Nadine o la presidenta del Congreso, la señora Ana María Solórzano, no aprendieron nada del caso Acurio? ¿Tuvo que reelegirse para que su gestión naufragara entre acusaciones y escándalos?

Pues no. Sin embargo, una mayoría aplastante en el Congreso (93 votos) piensa diferente. El humalismo busca el aplauso fácil y a ello se suman partidos que, en los últimos comicios municipales y regionales, o les fue pésimo o simplemente no participaron. Es más, recuerde que Ollanta, Nadine y compañía ni siquiera presentaron candidatos en las elecciones de 2014.

Nadie puede negar que hay demasiada corrupción en la política, pero esta se combate ampliando los mecanismos de fiscalización y dándole “dientes” a quienes tienen que investigar y denunciar a las malas autoridades hasta vacarlas. La reelección NO ES el problema, como demuestra una investigación del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) donde se ve cómo solo el 16% de presidentes regionales y 17% de alcaldes distritales, en todo el país, repiten el plato.

En política es clave contar con gestores eficaces y líderes que ganen experiencia en el servicio público. Esta ley de no reelección inmediata es una pésima noticia. Incluso si muchos, por desconocimiento o facilísimo, hoy la aplauden.