Sport Boys, el equipo de fútbol más popular del puerto del Callao, perdió la categoría al perder el domingo en Arequipa ante Melgar por 3 a 1 por la rueda de revanchas del torneo Clausura.
Luego de 20 partidos jugados donde perdió 14, empató 06 y no ganó ninguno; el elenco rosado consiguió tan solo seis puntos en la tabla de clasificación y 33 en el puntaje acumulado que decretaron por anticipado su pasaporte a la segunda división cuando aún faltan varias fechas para concluir el certamen.
Desde su fundación en 1927, es la segunda vez que el cuadro porteño pierde la categoría. La primera ocurrió en el campeonato descentralizado de 1989, pero su ausencia duró solo un año porque se coronó campeón de la segunda de ascenso de 1990 y volvió a la máxima categoría en 1991 siendo nuevamente protagonista del torneo al clasificar para la Copa Libertadores de 1992
Los problemas que han determinado la pérdida de la categoría del club chalaco tienen mucho que ver con el manejo irresponsable de las riendas de la institución de parte de los dirigentes que nunca estuvieron identificados con los intereses deportivos y sociales del Sport Boys.
La aguda crisis económica en la que se debatió el cuadro porteño no permitió contratar jugadores de más categoría y un Director Técnico con la suficiente experiencia para un mejor adiestramiento de los atletas rosados. Esto impidió a los dirigentes tener al día a los jugadores con el pago de sus mensualidades, amén de no tener muchas veces donde entrenar lo que hizo mella en el estado anímico de los jugadores al momento de encarar los encuentros por los torneos Apertura y Clausura.
Antaño, Sport Boys era un cuadro que por su solvencia económica y buen manejo dirigencial conformó equipos de respetable poderío futbolístico lo que le valió ser considerado como el cuarto grande del fútbol profesional después de Universitario, Alianza Lima y Sporting Cristal.
Consumado el descenso, la dirigencia que asuma la conducción del equipo símbolo del Callao durante su participación en la segunda de ascenso tendrá que trabajar con más seriedad y responsabilidad si anhela volver a ver jugar al cuadro porteño en la división de honor de nuestro balompié en el 2010.