La noticia del megaoperativo para la captura y allanamiento de 11 propiedades y la incautación de 8 vehículos de Pedro Pérez -más conocido como “Peter Ferrari”-, considerado el mayor comercializador de oro informal, y posiblemente ilegal, sumado a todas las investigaciones en torno al caso Odebrecht, nos lleva a la reflexión acerca de si el Poder Judicial, ente responsable de procesar y juzgar a los implicados de estos casos, estará a la altura de las circunstancias. Lamentablemente, parece poco probable que los implicados paguen por los delitos cometidos. Aquí algunas razones:

Si bien el PJ es un poder independiente del Congreso y del Ejecutivo, es claro que está sujeto a presiones políticas y por supuesto económicas que pueden influenciar o interferir en sus decisiones. La sobrecarga procesal de los juzgados hace que los procesos se vuelven extremadamente lentos, lo que facilita la micro y macrocorrupción. Esto, sumado a lo anterior, nos hace pensar que será poco probable que el PJ pueda cumplir su labor con eficiencia y eficacia.

Cabe destacar que las comisiones investigadoras del Congreso tampoco ayudan en estos procesos. A lo largo del tiempo han demostrado ser extremadamente onerosas y los hallazgos logrados, al ser trasladados al PJ, terminan -en la mayoría de los casos- desvaneciéndose rápidamente. Finalmente, llegamos a la conclusión de que las comisiones investigadoras son buenas plataformas para que algunos congresistas y partidos ganen réditos políticos, pero para nada más.

Urgen medidas que permitan que esto no ocurra. Está claro que la propuesta de creación de tribunales especiales es una buena iniciativa, pero esto no soluciona el problema de fondo. La reforma y transformación del PJ es una tarea pendiente que el país no ha afrontado y cuya falta nos aleja del desarrollo sostenible. No olvidemos que este es uno de los indicadores que prima en los capitales al momento de decidir el país en el que desarrollarán sus inversiones.

Mientras el PJ no cambie, la labor de la prensa es fundamental. El seguimiento y la exposición mediática parecen ser la manera más eficiente para que las poco sólidas instituciones del país hagan su trabajo. Adicionalmente, la prensa no debería únicamente enfocarse en los hechos que hacen noticia, sino también en mantenernos informados a todos del desempeño del PJ en estos procesos emblemáticos. Para muestra, un botón: si uno revisa la relación de Pedro Pérez (“Peter Ferrari”) con el PJ, advertirá que la cobertura mediática de esta relación tiene el foco en los espectaculares hechos policiales y no en los extraños fallos judiciales, como sucedió en 2013, cuando le incautaron 58 lingotes de oro, que le fueron devueltos el año 2014, o la devolución de 2.5 millones de dólares después de que lo exculparan del delito de narcotráfico.