No cumplen ni 30 días efectivos de dictado de clases que ya piensan en abandonar las aulas para acatar un paro nacional de 48 horas. Ellos son los afiliados al Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú (SUTEP), quienes dejarán a sus escolares el 22 y 23.

Según indican sus dirigentes, la medida es preparatoria para emprender en mayo una huelga indefinida bajo el argumento de rechazo al gobierno que implementa despidos masivos en el magisterio, defensa de la estabilidad laboral y otros puntos que realmente son “jalados de los cabellos”.

Si el SUTEP no protesta en el año, entonces es síntoma que la dirigencia fracasó en su gestión, aunque al final sus pedidos solo sean atendidos con una simple acta.

Cabría preguntarse si la medida es justa. Considero que no, pues estas protestas influyen negativamente en los educandos que nunca recuperan el tiempo perdido.

Además vale recordar que los últimos gobiernos han tenido un mejor trato con el gremio docente y a pesar que no perciben sueldos justos, su situación económica mejoró para quienes participan y califican en evaluaciones constantes.

Que el SUTEP piense en huelgas indefinidas es una irresponsabilidad de sus dirigentes y eso esperamos que las autoridades cumplan con descontar en sus sueldos a quienes falten a dictar clases.