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El Sevilla acaba de hacer historia. Por cuarta vez consecutiva ha alzado la copa de la Europa League y, con ello, ha confirmado su hegemonía en el torneo. A su vez, este 28 el Real Madrid y el Atlético de Madrid definirán al campeón de la Europa League. Es la segunda vez que ocurre esto en apenas tres años. Una prueba, dicen los entendidos, de que la liga española es hoy la mejor del mundo.

Basta revisar las estadísticas para confirmar lo obvio. En los últimos diez años, los equipos españoles han ganado seis Champions League y solo una vez (en 2007) se han quedado fuera de las semifinales. Que España domina Europa es hoy un hecho. Aunque todavía nadie proponga una explicación concreta.

Lo cierto es que más allá de los todopoderosos Barcelona y Real Madrid, y de la aparición de proyectos serios y ganadores como el Atlético de Madrid y el Sevilla, los números refieren que la supremacía española va incluso más allá. 14 de los últimos 30 títulos europeos han sido españoles (Inglaterra sigue con seis), y en las últimas 50 eliminatorias europeas en las que los equipos españoles se han medido a rivales de otras ligas, los equipos de la Liga BBVA han superado a sus rivales 46 veces. Un dato que no deja lugar a las suspicacia.

En este análisis no se puede omitir al Alavés finalista en la Europa League de 2001, al Valencia campeón en 2004 ante el Olympique de Marsella, o al Espanyol que perdió en los penaltis ante el Sevilla en 2007. Mención aparte merece el Athletic finalista de la Europa League 2012 de Marcelo Bielsa.

Pero aun con este nivel de supremacía, hablar de que la española es la mejor liga del mundo es subjetivo. A pesar de su larga ausencia de títulos europeos, la inglesa continúa siendo la mejor organizada, la que mayor ingresos genera y más audiencia sigue. Por si fuera poco, conserva la emoción de la incertidumbre y la posibilidad de grandes gestas como la del Leicester City, el último campeón.

Pero los números son fríos como un témpano de hielo. Y ellos no dejan lugar al debate. España manda en Europa y, de no pasar nada extraño, lo seguirá haciendo un tiempo más.