En las próximas semanas, nuestro país recibirá a decenas de delegaciones con los más importantes funcionarios de sus respectivos países en materia de economía. Ministros de Economía, presidentes de Bancos Centrales y autoridades tributarias se darán cita en Lima para las reuniones del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Deberíamos estar en condiciones de presentar nuestra mejor foto.

Lamentablemente, el país se encuentra en una crisis a la que nos ha llevado la política de enfrentamientos y no diálogo de este gobierno. Y con graves cuestionamientos a la esposa del Presidente, que debe estar preocupada en cómo hacer compatible su conocido protagonismo en este tipo de reuniones y el respeto a la indignación ciudadana.

Es probable que para esa fecha, en tres semanas, tanto el Congreso como la Fiscalía hayan tomado decisiones sobre las investigaciones que recaen sobre ella, en tanto cada día aparecen nuevos indicios de sus irregulares actividades. Solo este fin de semana, además de las acusaciones de la periodista Milagros Leiva sobre presiones de la esposa del Presidente molesta por la línea editorial de su programa, han aparecido nuevas pruebas sobre el sistema de lavado de dinero, disfrazado de supuestas consultorías que habría realizado también con la empresa arequipeña Apoyo Total.

Será poco decoroso para el país verse representado ante delegaciones de todo el mundo por una señora con serios cuestionamientos. Para los peruanos ya es intolerable ver cómo se aprovecha de actividades oficiales de ministros de Estado para hacer su defensa de las graves acusaciones que recibe. Ya el congresista Luis Galarreta ha reclamado a los ministros por permitir la participación de la esposa del Presidente. Y el congresista Carlos Bruce les ha advertido que pueden ser censurados.

Como muestra de respeto al honor del país, el Presidente debería evitar la participación de su esposa en actividades oficiales, nacionales y especialmente en las internacionales en tanto no se resuelva su situación judicial. Los peruanos no tenemos por qué soportar el deshonor de verla pretendiendo representar al país.