García: Indultos al cuello

Se inició el juicio oral por los “narcoindultos” otorgados durante el segundo gobierno de Alan García y, con ello, comienza una etapa altamente riesgosa para las aspiraciones políticas del líder aprista. Así, hemos oído -y seguiremos oyendo- testimonios incriminatorios en los que se acepta y detalla el pago de miles de dólares a cambio de indultos y conmutaciones de penas a favor de narcotraficantes, beneficios que fueron refrendados por el expresidente, lo que lo ha puesto en una situación endeble de cara a la campaña electoral que se avecina.

Como el procurador Joel Segura adelantó, será difícil establecer una responsabilidad penal directa en García, dado que la Constitución lo blinda. Sin embargo, nadie tiene dudas de que el principal costo político lo está pagando él y es probable que así continúe aun después de que confirme su candidatura.

El daño se hace evidente cada vez que alguno de sus voceros intenta bloquear los dardos lanzados en su contra, sin éxito. Endilgarle la responsabilidad a Miguel Facundo Chinguel, cabeza de la Comisión de Indultos, al que todos los procesados sindican (junto con sus grises asesores), no garantiza nada: será responsable en términos legales, pero es García quien enfrenta la percepción de corrupción que identifica a su gobierno, sobre todo en este tema. Además, la defensa que el exmandatario realizó ante la “Megacomisión” en abril de 2013 -y la mención de que Facundo Chinguel era “un hombre probo” al que volvería a nombrar- seguirá machacando el discurso de quienes aspiran a sacarlo de carrera. ¿Podrá García desviar la discusión y lograr que otros temas marquen la agenda de la campaña? Muy difícil. Los “narcoindultos” conviven con el incremento de la delincuencia y con casos que seducen al “prime time” mediático, como el del prófugo Gerald Oropeza (también “compañero”).

Y si a eso se suman las repercusiones del caso “Lava Jato”... García deberá esforzarse al máximo para levantar cabeza. Vaya que está complicado.