Finalizando el 2016 el problema del transporte se agudizó en Arequipa por las obras en la autopista de la Variante de Uchumayo, proyecto que financia el gobierno regional. Las críticas por parte de la población a la gestión de Yamila Osorio fueron de diferente calibre a través de los medios de comunicación, quejándose de que hay descoordinación y falta de planificación en la puesta en marcha de uno de los principales proyectos, que se espera sea realidad.

En reiterados comentarios se señaló que el progreso demanda sacrificio, y si buscamos el ordenamiento y adecuado crecimiento urbano, este tipo de proyectos son necesarios e indispensables, aunque tengan entre 10 y 30 años de retraso.

La gobernadora Osorio ha tenido el tino de empeñarse en sacar adelante la autopista de la Variante de Uchumayo, y cuando se concluyan los trabajos, de seguro será recordada como la gestora de tan preciado proyecto.

La semana que pasó el alcalde de Arequipa, Alfredo Zegarra, confirmó que en abril se inician una serie de obras en el centro de la ciudad, todas ellas para apoyar el reordenamiento del transporte. De seguro, el 2017 será un año de mucho dolor para la ciudadanía, que enfrentará inconvenientes para trasladarse de un lugar a otro. Intercambios viales, el túnel de la Av. Salaverry y otros proyectos están próximos a comenzar, convirtiendo a Arequipa en una ciudad que nadie querrá recorrer y las críticas irán en contra de la primera autoridad edil. Tendrá que aguantar Zegarra estos cuestionamientos, tan igual que lo hizo y hace Osorio.

Son obras que Arequipa espera y ambas autoridades serán reconocidas, aunque por ahora solo recibirán cuestionamientos.